Yo soy el camino, la verdad y la vida

4 de mayo

Santos Felipe y Santiago, apóstoles

Fiesta en México

Textos

† Del evangelio según san Juan (14, 6-14)

En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”. 

Le dijo Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le replicó: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: Muéstranos al Padre? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras.

Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre”. Palabra del Señor.

Fondo Musical: P. Martin Alejandro Arceo Álvarez

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Mensaje[1]

Hoy la Iglesia celebra la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago. 

Santiago es recordado por la tradición como el hijo de Alfeo, el que al inicio de la misión de los apóstoles no quiso que se impusiera a los convertidos del paganismo la reglas de la observancia de la ley y de la tradición judía. 

Felipe es recordado en el Evangelio de Juan como el que pone preguntas al Señor: su propio límite ante las multitudes que hay que saciar, a continuación la pregunta de aquellos griegos que quieren ver a Jesús, y al final la petición, durante la última cena, de poder ver al Padre. Es una pregunta profunda que revela el deseo del hombre de encontrar a Dios. Pero Felipe no se da cuenta de que el Señor está sentado a su lado. «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces, Felipe?». Se puede estar junto al Señor sin reconocerlo. 

La pregunta de Felipe se encuentra también con nuestra vida. La pregunta de conocer al Padre se convierte en la de conocer a Jesús, creer en su palabra y en sus obras. Y no se trata de «conocer» de forma intelectual, sino de acoger en el corazón, amar, vivir con Jesús. 

Quien ve a Jesús ve al Padre, es decir, sabe reconocer los rasgos de un amor más grande. Dios, a quien nadie puede ver, se hace visible y lo hace con los gestos fraternos del Señor sentado a la mesa con los suyos, que se había inclinado para lavar sus pies. Dice Jesús que quien cree en él hará sus obras «y hará mayores aún». Esto puede asombrar, pero en realidad es el signo de que el amor de Dios no se pone límites, y crece con la fe y la oración de los discípulos.


[1] V. Paglia – Comunidad de Sant’Egidio, La palabra de Dios cada día, 2019, 173-174.

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