La Carta a los Colosenses, que empezamos a escuchar el día de hoy, es una gran contemplación del misterio de Cristo ante el mundo y la historia humana. Pablo, llegado a la madurez de su vida, y acrisolado por la persecución y la cárcel, nos regala desde su cautiverio una densa meditación sobre el lugar de Jesucristo en el origen, centro y meta del universo mismo, y de toda creatura visible o invisible.
Esta carta, por lo tanto, supone una especie de «salto cualitativo» en el modo de hablar sobre Jesús. Después de la Carta a los Colosenses habremos de decir con renovada convicción que El es el Salvador de mi vida y de tu vida, pero también que es el Redentor de la Historia, vista en su conjunto, y el Señor del Universo con todas sus potestades.
Y por ello Pablo inicia de modo solemne su escrito, proclamando ante todo la fuerza arrolladora de un mensaje que no pude dejar de transformar todo lo que toca. Sorprenden estas palabras en boca de un preso que tenía todas las razones del mundo para sentirse fracasado, deprimido y anulado.
6 septiembre 2023. Textos bíblicos y mensaje del miércoles de la XXII semana del tiempo ordinario.