Tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión

Tiempo ordinario

Jueves de la XXIII semana

Textos

De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses (3, 12-21)

Hermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él y les ha dado su amor, sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes. Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.

Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que han sido llamados, como miembros de un solo cuerpo. Finalmente, sean agradecidos.

Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con el corazón lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales; y todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo. Palabra de Dios.

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Mensaje[1]

Pablo nos dice que nos despojemos del hombre viejo y de sus acciones y nos revistamos del hombre nuevo. Y nos invita a revestirnos del hombre nuevo en nuestra conducta cotidiana y nos traza el perfil de este hombre. Nos presenta una serie de virtudes «sociales», modalidades de la única virrud de la caridad. Los cristianos tienen que reproducir los ejemplos de Cristo: de este modo el cuerpo de Cristo, formado por los cristianos vivirá en paz.

Este cuerpo se manifiesta sobre todo en las asambleas liturgicas, en las que ha de circular de manera abundante la Palabra de Cristo, a la que ha de hacer eco la palabra de los fieles, en un clima de alegría, de reconocimiento, de gratitud. 

No cabe duda de que Pablo tiene aquí presentes las fervorosas celebraciones litúrgicas en las que los ánimos de las pequeñas comunidades cristianas se fundían en «salmos, himnos y canticos inspirados», bajo el influjo de los carismas, y en las que las palabras de adoctrinamiento y de amonestación recíproca representaban un importante elemento de edificación.

«Hagan todo en nombre de Jesús»: Jesús es ahora el ambiente vital en el que se desarrolla la existencia del cristano. Este es guiado por la Palabra y por los ejemplos de Jesús, está animado por su Espíritu, forma parte de su cuerpo y actúa en su nombre, convrtiendo su propia vida en una continua acción de gracias a Dios por la extraordinaria novedad de las perspectivas abiertas por el mundo en el que estamos inmersos.


[1] G. Zevini – P.G. Cabra – M. Montes, Lectio divina para cada día del año. 11, XI, 283-284.

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