¡Señor, te complaces en ser misericordioso! Agenda Cuaresmal. Sábado de la semana II

Inicia tu meditación escuchando este canto. Repítelo en tu corazón

Cristo Jesús – Taizé

Textos bíblicos

Primera Lectura: Miqueas 7, 14-15. 18-20 

Salmo 102

Evangelio: Lucas 15, 1-3.11-32: Tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida

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Reflexión

En la parábola del hijo pródigo Jesús muestra precisamente cuál es el comportamiento de Dios hacia sus hijos, el de un padre inimaginablemente misericordioso. Toda la parábola está construida para exaltar el insólito comportamiento del padre hacia el hijo que había abandonado la casa y derrochado todo. Es el Padre el que ocupa la escena principal, y su abrazo al hijo menor la culminación de la narración evangélica, más que las decisiones insensatas de ese hijo. El padre, a pesar de todas las insensatas decisiones del hijo menor y todo lo que había hecho, espera que vuelva para abrazarlo y festejarlo. Si el Padre del cielo es así, ¿cómo podía comportarse de otro modo Jesús? 

La parábola continúa y presenta al hijo mayor. El evangelista muestra que también él está lejos de los sentimientos de misericordia del padre. Es conmovedora la escena del padre, que apenas ve regresar al hijo menor sale corriendo a su encuentro. Pues así es el Padre del cielo, como este padre de la parábola, parece decir Jesús. Sale corriendo a nuestro encuentro con tal de recuperarnos. Este es el sentido del perdón cristiano: el perdón parte de Dios, antes que de nosotros. Lo que se nos pide es acoger este abrazo. Dios nos precede siempre en el amor, y corre hacia nosotros, pecadores, con el abrazo, para enseñarnos a abrazarnos los unos a los otros. 

El tiempo de Cuaresma es un tiempo oportuno para vivir la riqueza y la alegría del perdón, ya sea en la confesión o en la reconciliación entre los hermanos.

Revisa tu vida: 

Hoy toca revisar las envidias, el malestar que se siente por el bien ajeno o porque no se recibe lo que se cree merecer. 

Propósito: 

Recorre el camino de encuentro con las personas por las que has experimentado sentimientos de envida.

Jaculatoria: 

El Señor es compasivo y misericordioso

Concluye tu meditación escuchando y apropiándote este canto:

Nada te turbe – Taizé

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