Misericordiosos como el Padre

Cuaresma

lunes de la semana II

Textos

† Del evangelio según san Lucas (6, 36-38)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.

Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica.

Porque con la misma medida con que midan, serán medidos”. Palabra del Señor.

Fondo Musical: P. Martin Alejandro Arceo Álvarez

Descargar los textos en PDF

Este lunes de la II semana de cuaresma, a la luz de la transfiguración del Señor, continuamos nuestro itinerario de renovación espiritual obedeciendo a la voz del Padre que nos invita a escuchar a su Hijo predilecto.

El Evangelio de este día nos coloca en el espíritu del “Sermón de la montaña” en el cual Jesús nos invita a la perfección del Padre, que en la perspectiva de Lucas es esencialmente la misericordia.

Lucas nos muestra cómo la santidad de Dios se manifiesta en su misericordia. La frase de Jesús, “sean misericordiosos como el Padre es misericordioso”, es el culmen de la revelación de todo lo que Dios es para nosotros. La misericordia expresa la esencia misma de Dios.

Nuestra experiencia de Dios es siempre experiencia de la misericordia, porque cuando nos sentimos perdonados, salvados, es ahí cuando conocemos realmente quien y cómo es el Señor. En la acogida de la misericordia del Padre y en la contemplación de las actitudes y palabras de Jesús vamos aprendiendo a vibrar con el corazón del Padre y a dejar pasar hacia los demás la misericordia que nos es donada.

Jesús nos hace entender lo que significa en la vida práctica ser misericordiosos como el Padre, invitándonos a tener actitudes concretas respecto a nuestro prójimo: no juzgarlo, no condenarlo y dar con generosidad; las mismas actitudes que nuestro Padre Dios, tiene con nosotros.

La misericordia no es un sentimiento abstracto, cambia los corazones y la historia, como la cambió Jesús que pasó por el mundo llevando alegría, curación y la liberación del poder del maligno. Nos exhorta a nosotros a hacer lo mismo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *