Tiempo Ordinario
Sábado de la semana I
Textos
Lectura de la carta a los hebreos (4, 12-16)
Hermanos: La palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos. Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los huesos y descubre los pensamientos e intenciones del corazón.
Toda creatura es transparente para ella. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas. Puesto que Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo, mantengamos firme la profesión de nuestra fe.
En efecto, no tenemos un sumo sacerdote que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él mismo ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos, por tanto, con plena confianza, al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno. Palabra de Dios.
Mensaje[1]
El autor de la Carta a los hebreos, este singular predicador, elogia la Palabra de Dios, que es «viva y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta la división entre alma y espíritu, articulaciones y médulas; y discierne sentimientos y pensamientos del corazón».
La Palabra de Dios nos comprende mucho más de cuanto nosotros nos comprendemos a nosotros mismos. Por eso el creyente está invitado a confiar en ella si quiere conocer las profundidades de su corazón, y debe escucharla si desea vivir la paz y la salvación para sí y para el mundo. De hecho, en la Escritura es Dios mismo quien habla a sus hijos. También a nosotros hoy.
La Palabra es luz para nuestros pasos y para los de quien se deja iluminar: «No hay criatura invisible para ella: todo está desnudo y patente a los ojos de Aquel a quien hemos de dar cuenta». Cuando escuchamos la Palabra de Dios y la hacemos nuestra, ella penetra dentro del alma y la corta, la divide, porque nos lleva a ver el mal que hacemos y el bien que no perseguimos.
Pero quien acepta hacerse discípulo de la Palabra y cambia su vida para amoldarla a los sentimientos de Dios, encuentra misericordia, perdón, una alegría grande y amistad con Dios y con los hermanos. En la segunda parte del pasaje hay una afirmación del predicador que pretende animar a los lectores cristianos que están viviendo un momento difícil en su vida a causa de las fuertes oposiciones de los ambientes hostiles al Evangelio. Jesús conoce bien nuestras dificultades y nuestras debilidades porque él mismo «ha sido probado en todo como nosotros, excepto en el pecado». Su compasión por nosotros nace del hecho que él ha venido a habitar en medio de nosotros y ha conocido en su propia carne nuestra debilidad, que, en su compasión, ha llevado en su cuerpo hasta el cielo.
[1] Paglia, Vincenzo. La Palabra de Dios cada día – 2023. Edición en español. pp. 66-67.