La creación entera, obediente a tus órdenes, actuó  para librar a tus hijos de todo daño

Tiempo Ordinario

Sábado de la XXXII semana

Cuando un profundo silencio envolvía todas las cosas y la noche estaba a la mitad de su camino, tu palabra todopoderosa, Señor, como implacable guerrero, se lanzó desde tu trono real del cielo hacia la región condenada al exterminio.

Blandiendo como espada tu decreto irrevocable, sembró la muerte por dondequiera; tocaba el cielo con la mano y al mismo tiempo pisaba la tierra.

La creación entera, obediente a tus órdenes, actuó de manera diversa a su modo de proceder para librar a tus hijos de todo daño. Una nube protegió con su oscuridad el campamento israelita y donde antes había agua, surgió la tierra firme; en el mar Rojo apareció un camino despejado y en las olas impetuosas, una verde llanura.

Por ahí, protegido por tu mano, pasó todo el pueblo, mientras contemplaba tus prodigios admirables. Corrían como potros y brincaban como corderos, dándote gracias, Señor, por haberlos liberado. Palabra de Dios.

Descargar los textos en PDF

El autor ha celebrado los prodigios de Dios en favor de su pueblo para liberlarlo de la esclavitud de Egipto. Todo se describe como una inversión de la creación, que manifiesta en el cambio el poder de Dios que viene a salvar a su pueblo.

No hay nada imposible para Dios. Los elementos cambian ante él, que es el Señor del universo. Las palabras de la Sabiduría nos sugieren con insistencia que confiemos nuestra vida al Señor: él nos ayudará a encontrar la sabiduría que nos permitirá comprender el camino del bien y de alegrarnos porque está entre nosotros.

Ante los cambios profundos que ha hecho aún más compleja e incierta la sociedad planetaria, ante los cambios también en el medio ambiente que afectan a todo el planeta, la Sabiduría nos muestra la presencia de Dios como fuente de esperanza.

El paso del mar es el cumplimiento de la Pascua, es el paso por las aguas del bautismo que creó en nosotros una criatura nueva. Al final de esta lectura apasionada y compleja de este libro, el más reciente de los libros del Primer Testamento, hagamos nuestras las palabras finales del autor: «En todo, Señor, engrandeciste y glorificaste a tu pueblo, y no dejaste de asistirlo nunca y en ningún lugar».

Jesús mismo retomará el sentido de estas palabras cuando, antes de dejar esta tierra visiblemente, dirá a sus discípulos: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20). Es la fidelidad del amor de Dios por nosotros que nunca disminuye.


[1] Paglia, Vincenzo. La Palabra de Dios cada día – 2023. Edición en español. pp. 397-398.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *