¡Hemos pecado al murmurar contra el Señor! Agenda Cuaresmal. Semana V. Martes

Inicia tu meditación escuchando este canto. Repítelo en tu corazón

Cristo Jesús – Taizé

Textos bíblicos

Primera Lectura: Números 21, 4-9 

Salmo 101 

Evangelio: Juan 8, 21-30:  Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo soy

Descarga los textos aquí

Reflexión

El Evangelio de Juan nos sitúa una vez más en el templo, donde Jesús continúa su última y decisiva confrontación con sus adversarios. Quienes le escuchan se obstinan en no acoger el testimonio de su origen divino. Jesús les dice: «Ustedes son de abajo, yo soy de arriba. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo». Una afirmación que revela la extraordinaria misericordia de Dios en ayudar a los hombres y salvarlos del mal. Jesús ha descendido hasta lo más bajo de la condición humana para liberar a todos y llevarlos a lo más alto, hacia el cielo de Dios. 

Hay una distancia abismal entre el modo normal de razonar de los hombres y la visión que Dios tiene del mundo y de toda la humanidad. El sueño de Dios para el mundo aparecerá claro en el momento culminante de la vida de Jesús: su muerte en cruz. 

Sin embargo, sobre aquella cruz será derrotado ese primado del egoísmo que con su fuerza malvada arrastra al mundo hacia abajo, y se ensalzará el amor de Dios que salva. Mientras nosotros tratamos por todos los medios de salvarnos a nosotros mismos, Jesús dedica su vida entera a salvarnos a nosotros, incluso al precio de subir a la cruz. Por eso les dice a todos, aunque todavía no puedan comprenderlo: «Cuando sea levantado al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy». 

Revisa tu vida: 

Propósito. En la cruz es derrotado el egoismo que aleja la salvación de la vida individual y social, que aisla a las personas en su ego y hace triunfar prevalecer el beneficio personal sobre el bien de todos.

¿Como asumes la Cruz de Cristo?

¿Qué efecto tiene sobre los impulsos egoístas de tu corazón?

Propósito: 

Constata a tu alrededor que personas viven en soledad. Hazles compañía.

Jaculatoria: 

Señor, escucha mi plegaria.

Concluye tu meditación escuchando y apropiándote este canto:

Nada te turbe – Taizé

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *