Inicia tu meditación escuchando este canto. Repítelo en tu corazón
Cristo Jesús – Taizé
Textos bíblicos
Primera Lectura: Ezequiel 37, 21-28
Jeremías 31
Evangelio: Juan 11, 45-56: Jesús debía morir para congregar a los hijos de Dios, que estaban dispersos
Reflexión
Este pasaje evangélico que sigue inmediatamente a la resurrección de Lázaro quiere prepararnos para la celebración de la santa semana de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Los sumos sacerdotes han comprendido que el milagro de la resurrección de Lázaro era un acontecimiento tan extraordinario que podía hacer crecer de manera imparable un movimiento de adhesión a Jesús. Los jefes de los sacerdotes deciden matarlo.
Es algo verdaderamente singular que en la asamblea que abría el horizonte de una salvación para todos se tomara la decisión de matar a Jesús. La decisión era la conclusión de un proceso de oposición que llegaba a su culmen. Jesús se retira y va a Efraín con los suyos. Es el tiempo de la oración y de la reflexión. Era necesario crecer en la comunión, reforzar los vínculos de amistad y fraternidad, y para los discípulos, crecer en la fe hacia aquel Maestro. Él sabía bien en qué medida era necesario, sobre todo en ese momento, recoger y reforzar su fe.
A pesar del ambiente tenso que se respiraba, muchos querían ver a Jesús, escucharle y tocarle. Este deseo de las multitudes de ver a Jesús es una invitación también para nosotros en estos días, para que no nos separemos de este maestro que «todo lo ha hecho bien».
Revisa tu vida:
¿Cómo reaccionas cuando enfrentas situaciones inevitables, cuyos desenlaces no puedes evitar?
¿Te refugias en la magia y la superstición?
¿Te desesperas?
¿Haces oración y reflexionas?
Propósito:
Esta por iniciar la semana santa, pide a Dios te permita recoger en ella el fruto espiritual del camino cuaresmal.
Jaculatoria:
El Señor cuidará a su pueblo como un pastor a su rebaño
Concluye tu meditación escuchando y apropiándote este canto:
Nada te turbe – Taizé