Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez

24 de agosto

San Bartolomé

Textos

† Del evangelio según san Juan (1, 45-51)

En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”.

Natanael replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?” Felipe le contestó: “Ven y lo verás”.  Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”.

Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”. Palabra del Señor.

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Mensaje[1]

La Iglesia celebra hoy la fiesta del apóstol Bartolomé, cuyos restos se custodian en Roma, en la Iglesia de la Isla Tiberiana de Roma. En aquella basílica, que mantiene la Comunidad de Sant’Egidio, se conserva el recuerdo del apóstol junto al de muchos testigos de la fe que en este tiempo y en todo el mundo siguen dando su vida por el Evangelio.

Según la tradición, Bartolomé llevó el Evangelio a Armenia cruzando las tierras de Siria y del actual Irak, que hoy todavía ven el sufrimiento de muchos cristianos perseguidos a causa de su fe. Comprendemos entonces las palabras que Jesús dijo a Bartolomé (que la tradición identifica con el Natanael de este primer capítulo de Juan): «Has de ver cosas mayores». 

Siempre hay un amor mayor que el Señor nos enseña y nos muestra, ofreciendo él primero su propia vida. Y nosotros somos testigos de ese amor. Es un testimonio que se comunida de corazón a corazón.

Como en aquella ocasión, cuando Felipe le comunica a Natanael que ha encontrado a «aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, es Jesús, el hijo de José, el de Nazaret». Natanael le contesta con un prejuicio bastante duro: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?».

Es un prejuicio natural contra todo lo que viene de afuera, que no habla de mí, que no pone mi, «yo» en el centro de todo. Cuando Jesús ve que se acerca Natanael exclama: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Natanael-Bartolomé siente que aquellas palabras le tocan el corazón: se siente conocido y amado y reconoce a Jesús como el Señor de la vida y de la historia. 

Esta confesión lo llevará a seguirlo durante toda su vida. Cuando escuchamos la Palabra y confiamos en ella, nos convertimos en testigos de una vida más grande y de aquella visión de un cielo abierto sobre la tierra del que bajan y suben los ángeles para acompañar a los hombres.


[1] Paglia, Vincenzo. La Palabra de Dios cada día – 2023. Edición en español. pp. 307-308.

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