Cuaresma
Viernes después de Ceniza
Textos
† Del evangelio según san Mateo (9, 14-15)
En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?” Jesús les espondió: “¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán”. Palabra del Señor.
Mensaje
Los discípulos de Juan se acercan a Jesús para preguntarle: «¿Por qué tus discípulos no ayunan?». Quienes siguen a Jesús con su alegría y libertad marcan la diferencia, esto llama a algunos la atención y a otros les escandaliza.
Los fariseos y los discípulos de Juan ayunaban con frecuencia, no siempre por obligación sino también por propia iniciativa, dando así muestras de una gran piedad. En principio, la razón de ser de su ayuno era apresurar la venida del Mesías. La lógica era esta: si todo el pueblo se arrepiente de sus pecados, Dios se apiadará y enviará al Mesías.
Entonces, ¿Por qué los discípulos de Jesús no ayunan? Porque el Mesías ya está entre ellos. Por eso los discípulos están en fiesta y no hay razones para ayunar. Los fariseos continuarán con la antigua práctica porque no han reconocido en Jesús al Mesías.
La respuesta de Jesús es una revelación: «¿Pueden los amigos del novio ayunar mientras el novio está con ellos?». La lógica se impone, pero los fariseos no parecen reconocerla.
Pero llama la atención que Jesús de repente dice una frase desconcertante que parecería contradecir la anterior: «Días vendrán en que les será arrebatado el novio; ya ayunarán entonces».
«Será arrebatado el novio». Con esta frase, Jesús hace alusión a su muerte y ascensión gloriosa. Si la presencia de Jesús marca el fin de la antigua institución del ayuno, ahora con su ausencia –por la muerte histórica pero también por el pecado- se justifica la vuelta al ayuno.
La pregunta que queda planteada entonces es: ¿Tendrán los discípulos de Jesús que ayunar? Sí, en cuanto reconozcan su necesidad de conversión, de volver al camino del seguimiento radical cuando se han apartado de él.
En este sentido, recordemos:
Actualmente son dos los días de ayuno prescrito en la Iglesia para los adultos, entre 18 y 59 años: miércoles de ceniza y viernes santo.
Los viernes de cuaresma son de abstinencia de carne, prescrita para los mayores de 14 años. El sentido de la abstinencia de carne es el siguiente.
La difusión del cristianismo se hizo en el mundo mediterráneo en donde la cercanía del mar hacía que los productos marítimos fueran un alimento de bajo costo; remplazar la carne -siempre costosa- por pescado era para destinar lo que se gastaba en carne para limosna para los pobres.
No está prescrito que el día de abstinencia se deba comer pescado; esta práctica tiene su sentido en la lógica del ayuno; entonces, habría que comer lo que implique el menor gasto y ahorrar, lo que se hubiera gastado ese día, para ayuda de los pobres.
La práctica de la limosna es una de las prácticas cuaresmales; consiste en desprendernos de algo nuestro para ayuda de quien lo necesita; en la lógica de la conversión, ayuda a quien la práctica a romper el caparazón del egoísmo y a purificar la relación con los bienes.