El Señor se manifiesta a los que en él confían

Tiempo Ordinario

Lunes de la XXXII semana

Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen bien del Señor y con sencillez de corazón búsquenlo. El se deja hallar por los que no dudan de él y se manifiesta a los que en él confían.

Los pensamientos perversos apartan de Dios, y los insensatos, que quieren poner a prueba el poder divino, quedan en ridículo. La sabiduría no entra en un alma malvada, ni habita en un cuerpo sometido al pecado. El santo espíritu, que nos educa, y huye de la hipocresía, se aleja de la insensatez y es rechazado por la injusticia.

La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo al que blasfema, porque Dios conoce lo más íntimo del alma, observa atentamente el corazón y escucha cuanto dice la lengua.

El espíritu del Señor llena toda la tierra, le da consistencia al universo y sabe todo lo que el hombre dice. Palabra de Dios.

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El libro de la Sabiduría empieza con una exhortación que es como la clave de bóveda de todo el pasaje: «Amad la justicia, los que gobernáis el mundo». El autor, un hombre lleno de fe en el «Dios de los padres»,  que probablemente pertenece a la floreciente comunidad judía de Alejandría, fundamenta esta invitaci´pn en el mismo Dios. 

El autor se dirige a sus correligionarios para corroborar la auténtica tradición de los padres, amenazada por corrientes que podían contaminarla. Empieza afirmando que quien ama la justicia se pone al mismo nivel que la actuación que Dios, que es justicia Él mismo y que la practica en su relación con lo hombres.

La búsqueda de la justicia, pues, es la tarea que el lubro de la Sabiduría confía a sus lectores. Solo bucando la justicia, como hace Dios, podemos comprender la complejidad de la historia y no somos arrastrados por el mal. Una vida según la justicia deja abierta la puerta de la sabiduría divina, aquella palabra que guía los pensamientos y las acciones, enseñando el camino del bien. 

Sabiduría y Espíritu del Señor están íntimamente relacionados. En el Nuevo Testamento eso se verá más claro con el don del Espíritu Santo, Sabiduría de Dios que se da a la vida de los hombres. La expresión que indica la condescendencia divina y su unión con los hombres tienen un pleno sentido espiritual y humano: «La sabiduría es un espíritu filántropo». Dios intenta por todos los modos llegar a nosotros con su palabra y su amor, escruta nuestro corazón para ayudarnos a recorrer el camino del bien y para que podamos amar la vida y hacer el bien


[1] Paglia, Vincenzo. La Palabra de Dios cada día – 2023. Edición en español. p. 392.

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