Inicia tu meditación escuchando este canto. Repítelo en tu corazón
Cristo Jesús – Taizé
Textos bíblicos
Primera Lectura: Isaías 7, 10-14
Salmo 39
Segunda Lectura: Hebreos 10, 4-10
Evangelio: Lucas 1, 26-38: Concebirás y darás a luz un hijo
Reflexión
María, desde su concepción, fue elegida para ser la madre del Salvador. Por ello el ángel puede decirle: «Alégrate, llena de gracia». María está verdaderamente llena del amor de Dios, es la primera de todos nosotros; es la que ha correspondido al amor gratuito de Dios con una adhesión total. Ante las palabras iniciales del ángel se turba.
El Evangelio siempre turba, precisamente porque pide una respuesta, una decisión que altera la vida. No es una Palabra que hace que se cumplan nuestros proyectos o nuestros deseos, no: es una Palabra que nos aparta de nosotros mismos para involucrarnos en los planes de Dios. María se abandona al Señor, y contesta: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Ella, la primera en ser amada de un modo tan grande por Dios, es la primera en responder a las palabras del ángel con total aceptación. Es la primera de los creyentes, un ejemplo de cómo escuchar la Palabra de Dios. Su obediencia es el origen de la redención: ese día, en aquel sí, se invertía la desobediencia de los primeros padres y comenzaba la acción redentora de Jesús.
Revisa tu vida:
Junto a María aprendamos a acoger el Evangelio en nuestro corazón, démosle espacio a Dios en nuestra vida y participemos con él en el misterio de la salvación. ¿Cómo acoges la Palabra de Dios en tu corazón?
Propósito:
Reza el Angelus.
Jaculatoria:
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Concluye tu meditación escuchando y apropiándote este canto:
Nada te turbe – Taizé