Cumple fielmente todo lo mandado, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo

Tiempo ordinario

Sábado de XXIV semana

Textos

De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (6, 13-16)

Querido hermano: En presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio tan admirable testimonio ante Poncio Pilato, te ordeno que cumplas fiel e irreprochablemente todo lo mandado, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo, la cual dará a conocer a su debido tiempo Dios, el bienaventurado y único soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad, el que habita en una luz inaccesible y a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A él todo honor y poder para siempre. Palabra de Dios.

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Mensaje[1]

El apóstol llama a Timoteo «hombre de Dios», un calificativo que subraya la pertenencia del discípulo a Dios, a cuyo servicio ha dedicado su vida. Esta es, pues, la meta que Timoteo debe alcanzar: el perfeccionamiento del hombre interior con todas las virtudes humanas y cristianas.

La vida cristiana se puede comparar con una carrera en virtud de la fe. Y el trofeo que se obtiene es la vida eterna. En su gran benevolencia, Dios mismo -dice Pablo al discípulo- lo llamó a esta vida, y él contestó con una hermosa profesión de fe ante gran número de testigos.

Pablo se refiere quizás al día de su bautismo o al de su consagración como presbítero. Como Timoteo, cada cristiano debe participar en esta carrera: todos estamos llamados a participar en ella y a responder con generosidad. 

El apóstol se dirige una vez más a Timoteo en presencia de Dios, que da la vida, y de Jesucristo, que bajo Poncio Pilato dio muestra de su amor hasta dar su vida en la cruz, para que sea fiel a las enseñanzas recibidas hasta que Jesús vuelva en el juicio universal. 

Hay que interpretar aquí el retorno de Cristo como una «epifanía», es decir, como la manifestación plena del amor. La exhortación del apóstol culmina en un alabanza a Dios: él está por encima de toda caducidad, habita en una luz inaccesible. Nuestra mente no lo comprende pero la oración nos acerca a él y nos hace sentir su fuerza y degustar su amor.


[1] Paglia, Vincenzo. La Palabra de Dios cada día – 2023. Edición en español. p. 340.

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