Pero ellos no entendieron estas palabras

Tiempo Ordinario

Sábado de la XXV semana

En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: “Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”.

Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto. Palabra del Señor.

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El evangelio de hoy nos habla del segundo anuncio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. 

Los discípulos no entendieron la palabra sobre la cruz, porque no son capaces de entender ni di aceptar a un Mesías que se hace siervo de los hermanos. Ellos siguen soñando con un mesías glorioso.

Hay un contraste muy grande: Por un lado la gente vibra y admira todo lo que Jesús hace y dice. Jesús representa todo lo que la gente sueña, cree y espera. Por otro lado, la afirmación de Jesús que será entregado en manos de los hombres; la opinión de las autoridades sobre Jesús es totalmente contraria a la opinión de la gente.

Los discípulos lo escuchaban, pero no entendían las palabras sobre la cruz. Pero con todo, no piden aclaraciones. ¡Tienen miedo en dejar aflorar su ignorancia!

Los discípulos de Jesús no eran capaces de aceptar la figura de un Mesías siervo y menos aún, derrotado. Esperaban un Mesías vencedor al estilo del mundo y no un Mesías que salva entregando su vida para dar vida.

El título de Hijo del Hombre aparece con gran frecuencia en los evangelios. Al presentarse a los discípulos como a Hijo del Hombre, Jesús asume como suya esta misión que es la misión de todo el Pueblo de Dios. Y es como si les dijera a ellos y a todos nosotros: “¡Vengan conmigo! Esta misión no es sólo mía, sino que es de todos nosotros. ¡Vamos juntos a realizar la misión que Dios nos ha entregado, a realizar el Reino, humano y humanizador, que él soñó!” 

La misión del Hijo del Hombre, esto es, del pueblo de Dios, consiste en realizar el Reino de Dios como un reino humano. Reino que no persigue la vida, ¡sino que la promueve! Humaniza a las personas. Todo aquello que deshumaniza a las personas aleja de Dios. Fue lo que Jesús condenó, colocando el bien de la persona humana como prioridad encima de las leyes, encima del sábado.


Por causa de esta afirmación fue declarado reo de muerte por las autoridades. El mismo sabía de esto, pues había dicho: “El Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos”.

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