Los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica

Tiempo Ordinario

Martes de la XXV semana

En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús su madre y sus parientes, pero no podían llegar hasta donde él estaba porque había mucha gente. Entonces alguien le fue a decir: “Tu madre y tus hermanos están allá afuera y quieren verte”. Pero él respondió: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”. Palabra del Señor.

Descargar los textos en PDF

Hoy nos encontramos con un texto del evangelio de Lucas que hace alusión a la Virgen María. 

Cuando uno lee el evangelio de Lucas lo primero que nota en las primeras páginas es el lugar que tiene María en la infancia de Jesús. En el pasaje que leemos hoy, nos damos cuenta que María también acompaña la misión de Jesús. 

María quiere ver a Jesús, desde que inició su ministerio itinerante ya no vive a su lado; preocupada por él por lo que oye decir, va a buscarlo. El encuentro entre Jesús y María, da ocasión para una bonita lección para sus discípulos.

María y la parentela buscan a Jesús inmediatamente después de la conclusión de su discurso sobre la escucha de la Palabra, en el que ha puntualizado lo que significa escuchar correctamente. 

Al concluir la explicación de la parábola del sembrador, Jesús había dicho: «la semilla que cayó en tierra buena, son los que después de haber oído, conservan la Palabra con corazón bueno y recto, y dan fruto con perseverancia».

Con la llegada de María, la enseñanza de Jesús sobre la “escucha” llega a su punto final, En Ella se confirma de todo lo que Jesús acaba de enseñar. Daría la impresión de que Jesús quisiera distanciarse de su familia, pero en realidad los está poniendo de modelo de la correcta escucha de la Palabra -la que transforma la vida y lleva a cambiar el comportamiento-; la familia de Jesus la forman «los que oyen la Palabra de Dios y la cumplen». 

Recordemos que en el evangelio de Lucas la escucha y acogida de María con relación a la Palabra de Dios merece la alabanza de Isabel que exclamó: «¡Dichosa tu que has creído, porque  se cumplirían las cosas que te fueron dichas de parte del Señor!». La actitud fundamental de María es la de escuchar, confiar y vivir totalmente en la Palabra de Dios.

María está unida estrechamente a Jesús; su relación con él no depende solamente de la maternidad sino de la acogida, llena de fe y de obediencia de la Palabra de Dios. Precisamente porque creyó en la Palabra de Dios fue que llegó a ser la Madre del Hijo santo de Dios. 

María de Nazareth es modelo de todo discípulo porque ella sabe hacer el itinerario espiritual que va del “oír” al “hacer vida” la Palabra de Dios, precisamente lo que Jesús ha dicho a sus discípulos que deben hacer.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *