Adoraron a la creatura en vez de al creador

Tiempo Ordinario

Martes de la XXVIII semana

Textos

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos (1, 16-25)

Hermanos: No me avergüenzo de predicar el Evangelio, que es una fuerza de Dios para salvar a todos los que creen, a los judíos primeramente y también a los no judíos. Pues en el Evangelio se nos revela que Dios trabaja con su actividad salvadora en nosotros por medio de la fe, de principio a fin, como dice la Escritura: El justo vivirá por medio de la fe.

En efecto, Dios manifiesta desde el cielo su reprobación contra los hombres impíos e injustos, que por la injusticia mantienen cautiva a la verdad.

Porque las cosas de Dios que se pueden conocer, las tienen a la vista; Dios mismo se las ha manifestado. Pues las perfecciones invisibles de Dios, como su poder eterno y su divinidad, resultan visibles desde la creación del mundo para quien reflexiona sobre sus obras, de modo que no tienen disculpa. Han conocido a Dios, pero no lo han glorificado como a Dios ni le han dado gracias, antes bien, se han ofuscado con razonamientos inútiles, y su insensata inteligencia se ha llenado de oscuridad. Pretendían ser sabios, pero se volvieron insensatos, pues cambiaron la gloria de Dios inmortal por imágenes de hombres mortales, de aves, cuadrúpedos y reptiles.

Por eso Dios los entregó a los deseos impuros de su corazón, y llegaron a tal inmoralidad, que deshonraron sus cuerpos unos con otros, porque cambiaron al Dios verdadero por dioses falsos y dieron culto y adoraron a la creatura en vez de alcreador, el cual merece alabanza por siempre. Amén. Palabra de Dios.

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Mensaje[1]

Pablo acaba de hablar de su deseo de predicar el Evangelio también en Roma. El apostol sabe que el Evangelio es un tesoro que ha  recibido y que debe comunicar a los demás, sobre todo a los paganos. El Evangelio contiene la «fuerza de Dios», es decir, una fuerza capaz de lograr la «salvación de todo el que cree».

Pero  la fe, para el apóstol,  no es simplemente aceptar una doctrina; es más bien la adhesión plena y total a Jesús. Y todos son llamados a acoger al Señor, los judíos primero, y los griegos despues. El ansia de comunicar este Evangelio «consume» a Pablo. Esa misma ansia debería consumir también a los discípulos de todos los tiempos, sobre todo, los de este nuestro inicia de milenio, que espera una renovada predicación evangélica. 

Pablo cita un pasaje del profeta Habacuc: «Sucumbirá quien no tiene el alma recta, mas el justo por su fidelidad vivirá» (Hab 2, 4). En este texto, el que no tiene el ama recta es impío, aque que se ha alejado de Dios, continúa confiando en él. Por eso la vida verdadera solo viene de la fe, de abandonarse a Dios.

Muchas son las maneras con las que los hombres de nuestro tiempo intentan dar un sentido a su vida; a menudo recorren caminos que resultan ser débiles, inciertos y falaces. El camino de la vida plena estáiluminado por la fe y por el temor de Dios. es el camino de Jesús: aquellos que siguen el Evangelio derrotan el pecado y la muerte y son partícipes de su misma resurreción.


[1] Paglia, Vincenzo. La Palabra de Dios cada día – 2023. Edición en español. p. 365.

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