Inicia tu meditación escuchando este canto. Repítelo en tu corazón
Cristo Jesús – Taizé
Textos bíblicos
Primera Lectura: Éxodo12, 1-8.11-14
Salmo 115
Segunda Lectura: 1 Corintios 11, 23-26
Evangelio: Juan 13, 1-15: Los amó hasta el extremo
Reflexión
«Con ansia he deseado comer esta Pascua con ustedes antes de padecer» (Lc 22, 15), dice Jesús a sus discípulos al inicio de su última cena, antes de morir. En realidad, para Jesús este es un deseo de siempre, y también aquella noche quiere estar con sus amigos. Se puso a la mesa con los Doce, tomó el pan y lo repartió diciendo: «Este es mi cuerpo, partido por ustedes». Hizo lo mismo con la copa de vino: «Esta es mi sangre, derramada por ustedes».
Aquel pan y aquel vino son el alimento bajado del cielo para nosotros, peregrinos por los caminos de este mundo. Hacen que seamos más similares a Jesús, nos ayudan a vivir como él vivía, hacen surgir en nosotros sentimientos de bondad, de servicio, de cariño, de ternura, de amor y de perdón. Los mismos sentimientos que lo llevan a lavar los pies de los discípulos, como un siervo.
El Evangelio del Jueves Santo exhorta a los discípulos a inclinarse y lavarse los pies los unos a los otros. El Jueves Santo nos enseña cómo vivir y por dónde empezar a vivir: la vida verdadera no es la de estar de pie, firmes en nuestro orgullo; la vida según el Evangelio es inclinarse hacia los hermanos y las hermanas, empezando por los más débiles. Lavar los pies no es solo un gesto, es un modo de vivir.
Revisa tu vida:
Jesús nos dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quédense aquí y velen conmigo».
¿Qué tiempo dedicas para estar con el Señor?
Propósito:
Acompaña al Señor en su agonía: orando, contemplando su pasión, visitando a algun enfermo, llevando consuelo a quienes lloran víctimas de la violencia.
Jaculatoria:
Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava
Concluye tu meditación escuchando y apropiándote este canto:
Nada te turbe – Taizé