¡El Señor, consuela a su pueblo! Agenda Cuaresmal. Semana IV. Miércoles

Inicia tu meditación escuchando este canto. Repítelo en tu corazón

Cristo Jesús – Taizé

Textos bíblicos

Primera Lectura: Isaías 49, 8-15

Salmo 144 

Evangelio: Juan 5, 17-30:  Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así el hijo da la vida a quien él quiere dársela

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Reflexión

El pasaje del Evangelio de hoy se une directamente a la curación del paralítico de la piscina de Betesda. Los fariseos acusaban a Jesús de violar el sábado, y de inducir a aquel paralítico de hacerlo también. Jesús responde afirmando claramente la identidad de su acción con la del Padre que está en los cielos: «Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo». Era una afirmación que no podía dejar de causar escándalo. No estaba en juego solo la cuestión del sábado, sino la identidad misma de Jesús, la filiación divina: «Por eso los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no solo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios». Por lo demás, la filiación divina es precisamente el corazón de su Evangelio, de la buena noticia que Jesús había venido a comunicar a los hombres. 

Jesús insiste: «El que escucha mi palabra y cree en el que me ha enviado tiene vida eterna». Jesús no dice: «Tendrá vida eterna», sino «tiene vida eterna». Quien acoge el Evangelio en el corazón recibe desde ahora la semilla de la inmortalidad. Ante nuestra debilidad y nuestra inseguridad, estas palabras fermentan la totalidad de nuestra existencia y la arrancan del abismo de la nada, porque nos unen al Señor resucitado. La eternidad ha comenzado ya en Jesús y en quien se une a Él. Quien ha oído la voz de Jesús en esta vida seguirá oyéndola y la reconocerá cuando los sepulcros se abran al final de los tiempos, y el reino de los cielos, que ya vivía en él, alcancen su plenitud.

Revisa tu vida: 

Jesús es infatigable. Hace el bien sin descanso. No le importan las consecuencias.¿qué es lo que te detiene o desalienta para hacer el bien?

Propósito: 

Hacer el bien sin descanso

Jaculatoria: 

El Señor es compasivo y misericordioso

Concluye tu meditación escuchando y apropiándote este canto:

Nada te turbe – Taizé

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