¡Quedarás limpio! Agenda Cuaresmal. Lunes de la semana III

Inicia tu meditación escuchando este canto. Repítelo en tu corazón

Cristo Jesús – Taizé

Textos bíblicos

Primera Lectura: 2 Reyes 5, 1-15 

Salmo 41 y 42 

Evangelio: Lucas 4, 24-30:  Como Elías y Eliseo, Jesús no ha sido enviado sólo a los judíos

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Reflexión

«Ningún profeta es bien recibido en su patria». Jesús lo está experimentando en primera persona.  El motivo que empuja a los nazarenos a no aceptar la predicación evangélica es su decisión de no reconocer que Jesús tenga autoridad sobre sus vidas. Es demasiado parecido a ellos, saben de dónde viene, quiénes son sus parientes, no puede venir de lo Alto. Pero este es el misterio mismo del Evangelio: son palabras simples, humanas, y sin embargo en ellas es Dios mismo el que habla. Y en aquellos que se dejan moldear por el Evangelio hay un reflejo de la autoridad de Dios. 

La fe significa una mirada que ve más allá de la apariencia y sabe confiarse al Espíritu de Dios, que habla a través de su Iglesia y de todos aquellos que continuamos encontrando en nuestro camino. Quien es pobre y necesitado, quien se siente un mendigo de sentido y de amor, consigue dejarse tocar el corazón por las palabras evangélicas y los testigos de la fe. Por el contrario, quien está lleno de su propio orgullo no tiene oídos para escuchar, ni mente para comprender, ni corazón para apasionarse; está lleno de sí mismo y piensa no necesitar a nadie.

Los habitantes de Nazaret, ante la reacción de Jesús, que pone de manifiesto su incredulidad, se rebelaron y trataron de matarlo arrojándolo por un precipicio, pero Jesús –escribe  el evangelista– siguió su camino. El Evangelio, a pesar de las veces que intentamos arrojarlo fuera, permanece siempre como fuente que brota hasta la vida eterna. 

Revisa tu vida: 

¿Permites a los demas que enriquezcan tu vida con los dones que han recibido o tu autosuficiencia lo impide?

Propósito: 

No seas autosuficiente. Deja que otras personas te ayuden.

Jaculatoria:

Estoy sediento del Dios que da la vida

Concluye tu meditación escuchando y apropiándote este canto:

Nada te turbe – Taizé

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