El mundo los odia porque no son del mundo

Pascua

Sábado de la V semana

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del mundo.

Acuérdense de lo que les dije: ‘El siervo no es superior a su señor’. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de mis palabras lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a aquel que me envió”. Palabra del Señor.

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La primera parte del capítulo 15 de Juan fue desplegando progresivamente el  tema del amor. Ahora, al iniciar la segunda parte, nos encontramos con la otra cara de la moneda: el odio. Mientras el amor le dice “sí” al otro y está feliz porque el otro  existe, el “odio” le dice “no” y se esfuerza por eliminarlo.

El envío misionero deja expuesto al discípulo en medio de grandes dificultades: oposiciones, presiones de todo tipo, persecuciones, resistencias de parte de los  destinatarios, entre otras.  De ahí que tenga que aprender una nueva lección:  cómo lidiar con las personas y con las situaciones adversas.

Lo común es que una persona que comienza seriamente un camino de fe en Jesús, rápidamente encuentre resistencias en su propia familia, entre sus  amigos, en los círculos en que se mueve; antes, cuando compartía con ellos sus alegrías se alegraban; ahora, apenas les habla de Cristo le rechazan. Esto es lo que se llama la hostilidad del mundo y causa mucho desánimo en los recién convertidos.

En el pasaje de hoy Jesús nos ayuda a afrontar la hostilidad del mundo. Para ello da tres criterios básicos que no debemos olvidar:

1. Contemplar el rechazo del crucificado; esto hsce comprender que no se trata de algo personal, Jesus también vivió el rechazo y en él no había culpa: _«Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes»_

2. Tomar conciencia de que incorporados a Cristo, se vive una vida nueva. Jesús dice que esto sucede porque el discípulo es ahora una persona distinta a lo que antes era: _«Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo , pues al elegirlos, yo los he separado del mundo»_

Al mundo no le gusta que alguien sea diferente. La sociedad siempre presiona para que quienes la forman se configuren a ella, para que se amolden y sean igual a la mayoría. Cuanto un discípulo se une más a Jesús, se aleja de los criterios de vida del mundo y es visto como una persona extraña. 

3. Mirar hacia delante, desde la perspectiva del seguimiento. La persecución no puede evitarse, pero sí puede vivirse con una  actitud cristiana distinta. _«Acuérdense de lo que les dije: ‘El siervo no es superior a su señor’»_ Aún en esto el comportamiento de un discípulo debe ser diferente al de una persona del mundo.

Jesús identifica la causa del rechazo: el problema es la revelación de Dios hecha por Jesús. El problema mayor es el rechazo de Dios. _«Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a aquel que me envió»._

Los creyentes en Dios, que optan por vivir según Cristo, son considerados como extraños y enemigos. Su vida es un vivo reproche contra los malvados. Por eso los hombres y las mujeres que viven con coherencia su fe son odiados y rechazados por los enemigos de la verdad, del amor y de la justicia. El Señor será su fortaleza y los sostendrá; su resurrección es la garantía de su victoria.

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