¡Dios nos librará! Agenda Cuaresmal. Semana V. Miércoles.

Inicia tu meditación escuchando este canto. Repítelo en tu corazón

Cristo Jesús – Taizé

Textos bíblicos

Primera Lectura: Daniel 3, 14-20. 49-50. 91-92. 95 

Dn 3

Evangelio: Juan 8, 31-42: Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres

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Reflexión

La vida del discípulo debe estar envuelta, sostenida, acompañada, formada por la escucha de la Palabra de Dios. En esta familiaridad está la raíz de la libertad cristiana. La palabra evangélica, de hecho, libera del amor por uno mismo para poder vivir del amor por el Señor y por los demás. 

Continuando su discurso Jesús aclara: la libertad no nace de la ley, y ni siquiera de la pertenencia a la «estirpe de Abrahán». La libertad cristiana es el fruto de la adhesión a Jesús y a su proyecto de salvación para todos los hombres. No se trata, por tanto, de la disolución de todo vínculo para poder hacer lo que uno quiera. Esto es egoísmo. Tampoco se trata de ser esclavos de las modas del mundo y las seducciones del mal. Esto es servilismo. 

Cuando Jesús dice: «La verdad los hará libres», habla de sí mismo. La verdad es Jesús mismo. Y a aquellos judíos les recuerda que no basta considerarse «hijo de Abrahán» para serlo de verdad: la verdadera filiación, la que convierte en amigo y familiar de Dios, surge del «hacer las obras del Padre».

Revisa tu vida: 

La peor esclavitud es la que no se reconoce, la que se niega. El camino de la libertad pasa por ver la propia vida en la verdad sobre el hombre que el Señor Jesús nos revela.

¿Que esclavitudes reconoces al contemplar tu vida con la verdad sobre la humanidad que Jesús te deja conocer?

Propósito: 

Haz el recuento de lo que te esclaviza, sean personas, hábitos, ideas, etc.

Jaculatoria: 

Bendito seas para siempre, Señor

Concluye tu meditación escuchando y apropiándote este canto:

Nada te turbe – Taizé

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