El Evangelio nos ha dicho: «El Señor Jesús, después de hablarles subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios». Esta expresión: «sentarse a la derecha de Dios» no hay que tomarla en sentido literal, porque Dios no tiene cuerpo, no tiene derecha ni izquierda; pero era el concepto tomado del Salmo 110: «Dijo el Señor a mí Señor, siéntate a mi derecha». Un salmo que canta la realeza del rey de Israel. Para los orientales, para los hebreos, el reinado, la autoridad, era una participación de Dios y el rey como que estaba sentado a la derecha de Dios participando de su realeza.
Así se explica la expresión de nuestro Credo: «Subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre». Quiere decir, ha sido asumido para participar de la autoridad, de la grandeza, de la gloria de Dios. Cristo es Dios, Cristo es hombre que sentado a la derecha de Dios disfruta todas las prerrogativas de Dios. Y nosotros que hemos sido llevados con Él, hemos recibido también esa vocación de lo divino. Es camino hacia la trascendencia y nos levanta a ver más allá de la historia.
12 mayo 2024. Textos bíblicos y mensaje en la solemnidad de la Ascensión del Señor. Ciclo B