¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?
Nadie es dueño de la inspiración que viene de lo alto. Haber recibido inspiración celestial es cosa grande y bella, pero no nos hace «inspirados para siempre». Nadie es «para siempre» mientras va caminando por esa vida, y por consiguiente todos hemos de vigilar, porque la misma boca que ayer proclamó la gloria de Dios hoy puede traicionarlo.
La victoria de Dios no es obvia; no es una escalada de triunfos o un desfile de maravillas. Participa, más bien de la ambigüedad de todo lo humano, así duela decirlo. Pedro, que trastabilla y cae nos enseña que Dios vence asumiendo nuestra fragilidad al dar otra perspectiva a nuestras certezas.
8 agosto 2024. Textos bíblicos y mensaje del jueves de la XVIII semana del tiempo ordinario.