Cristo se ofreció a sí mismo como sacrificio inmaculado a Dios
La Carta a los Hebreos llega a un punto culminante el día de hoy: es la entrada de Cristo en el Santuario. Este sacerdote nuestro no oficia en templos de la tierra sino en el cielo. Lo suyo no es una figura hecha por mano humana, no es un símbolo de que Dios nos perdona, sino realidad. Es la culminación de todo y más de lo que podíamos desear o imaginar en esta tierra.
Se destaca la superioridad del sacrificio de Cristo de varios modos: su sangre es superior a la de los animales; su inmolación no se repite; él obra no según una ley temporal, la de Moisés, sino según el Espíritu Eterno; es víctima más perfecta; es sacerdote de su propia ofrenda.
21 enero 2023. Textos bíblicos y mensaje del sábado de la semana II del tiempo ordinario.