Evangelio del Día

Lo llamó Moisés, que significa: “De las aguas lo he sacado”.

La primera lectura de hoy nos enseña ante todo que Moisés es un «salvado.» La opresión del faraón le rodea, le acosa, le anega, pero no logra destruirlo. De niño, es salvado de las aguas; de adulto, se salva huyendo al desierto y haciendo vida de pastor.

Lleno de amor y sensibilidad por el destino de su pueblo, Moisés es el hombre que no se deja atrapar tampoco por las delicias o ventajas de la corte egipcia, a la que de algún modo tenía pleno acceso, como hijo adoptivo de la hija del Faraón. Y también esto es ser salvado, en este caso, del egoísmo y de la comodidad.

Así salvado tantas veces, Moisés será luego salvador. Será el testigo creíble de que Dios es capaz de vencer con el poder de su sabiduría y de su amor a todas las artimañas del enemigo. Lleno de amor por el Dios que lo rescató de tantas maneras, Moisés se atreverá un día a anunciar lo impensable: que la palabra y la voluntad del faraón no son soberanas sobre los hijos de Dios.

18 de julio 2023. Textos bíblicos y mensaje del martes de la XV semana del tiempo ordinario.

Subió al poder en Egipto un nuevo faraón, que no había conocido a José

De tantas cosas que podemos aprender de la primera lectura, destaquemos una, que los imperios tienen siempre un enemigo declarado: los niños.

Los niños son la fuerza de la vida nueva; son el mensaje que saluda al presente desde el futuro. El mundo que pisamos es más de ellos que nuestro, y por eso su sola presencia nos recuerda que nunca seremos demasiado dueños de nada.

Faraón rechaza, por supuesto, esa idea; sufre con horror la idea de que su imperio cambie la forma que él conoce, que él ha establecido. Quisiera que su voluntad se volviera eterna y que ninguna fuerza nueva cambiara sus planes. Su solución: que los niños mueran. Es la «solución» que repiten los faraones de nuestro tiempo.

17 julio 2923. Textos bíblicos y mensaje del lunes de la XV semana del tiempo ordinario.

Dios cuidará de ustedes y los hará salir de Egipto

Sin el talento y sabiduría de José, que llegó a ser administrador de las riquezas de Egipto, su propia familia habría perecido de hambre. El vino a ser un instrumento de la Providencia de Dios, y gracias a su intervención la promesa hecha a Abraham pudo continuarse en la historia del pueblo elegido que a la vera de los egipcios vino a crecer de modo asombroso. Llegaron a ser muy numerosos y en esa fecundidad y vitalidad vino a verse como un primer cumplimiento de aquello que Dios había dicho a Abraham, que tendría descendientes como las estrellas del cielo.

Sin embargo, el lugar de la alianza no podía ser Egipto. La tierra que Dios dio a Abraham no fue esa, y la prueba está en que cuando él tuvo que conseguir sepulcro para Sara lo buscó y lo compró donde Dios le indicaba, es decir, en Canaán. Egipto, pues, no podía ser sino una etapa, una larga pero no definitiva parada en el largo peregrinar de la fe del pueblo creado por el poder de Dios.

En el ocaso de su vida, José comprende de modo maravilloso que su vida era parte de ese plan pero que el plan iba más allá, hacia tierras, gentes y tiempos que él ya no alcanzaría a ver. Como un acto de profecía, y también un modo de unirse al destino de la promesa, él no quiere que sus huesos queden en los elegantes pero idolátricos sepulcros egipcios. Sus huesos, imagen su de su última voluntad y de su última posesión, tendrán que seguir peregrinando, porque sólo hay descanso allí donde Dios cumple sus promesas.

15 julio 2023. Textos bíblicos y mensaje del sábado de la XIV semana del tiempo ordinario.

No tengas miedo de ir a Egipto. Yo iré contigo allá, José te cerrará los ojos…

La historia sapiencial de José culmina con el abrazo del hijo al papá, es decir, el abrazo a Jacob. Las lágrimas de gozo quieren borrar los surcos que dejó el llanto angustiado de tantas otras noches. Una frase asoma a los labios mustios del anciano padre: «Ya pudo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver y vives todavía.»

En esa frase podemos reconocer a otro anciano, esta vez del Nuevo Testamento, el viejo Simeón, que, cargando en sus brazos al Niño Jesús, dijo lo que repetimos cada noche en la oración de completas: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto la salvación…»

Ese hijo recobrado, José, o ese niño tan aguardado, Jesús, colman de tal modo la vida, que ya ni la muerte parece ni grande ni fuerte. La vida tiende hacia una meta, que a veces es relativamente clara y otras no. Ver vencida a la muerte, saber que su fuerza no venció en José, y sobre todo, que quedá tronchada para siempre por la Cruz de Cristo, hace clara la vida trae el descanso de Jacob y la sonrisa de Simeón. #fraynelson.

Dios me mandó a Egipto antes que a ustedes para salvarles la vida

Si hay una escena conmovedora y profética en el libro del Génesis, el primero de la Biblia, es esta escena en que José, el que había sido traicionado y vendido como esclavo, se convierte en salvador de los mismos que lo habían desechado y en bienhechor magnánimo de los que lo insultaron y maltrataron. Pocas páginas en la Biblia entera, salvo las de la pasión del Señor Jesucristo, pueden mostrarnos tan perfectamente lo que significa AMAR, amar de verdad, amar hasta el fondo.

Y es admirable no sólo la exquisita ternura de José, su manera de querer y dejar ver en llanto su amor de hermano; no sólo eso admira, sino especialmente el don que Dios le da de reconocer que había una PLAN detrás de todo aquello. Este hombre maravilloso, verdadero adelanto de la caridad que nos hablará el Nuevo Testamento, no se queda al nivel de las ofensas recibidas sino que eleva su mente al plano de los designios divinos y reconoce que la voluntad de Dios mismo se estaba realizando A TRAVES de las voluntades perversas y miopes de sus hermanos envidiosos. Por ello su alma no es un pozo de amargura sino un manantial de acción de gracias. No destila venganza sino gozo. #fraynelson

13 julio 2023. Textos bíblicos y mensaje del jueves de la XIV semana del tiempo ordinario.

Con razón estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano

La primera lectura nos presenta el mal rato que viven en Egipto los hermanos de José, a quien creían muerto. El mismo José, que ahora goza de un gran prestigio y tremendo poder en esa tierra, no se da a conocer de inmediato sino que parece que posterga la hora de revelarse a los suyos. No resulta claro en un primer momento por qué esta tardanza, la cual podemos relacionar con la llegada del consuelo y el perdón de Dios. ¿Por qué a veces tardan?

Ciertamente, no es que José dudara en apoyar a sus hermanos, a quienes ve pasar trabajos. No es tampoco que su actitud sea una pequeña revancha o venganza disminuida. Hay algo más aquí: se trata de una de las perfecciones del amor, que no sólo quiere darnos bienes sino hacernos buenos.

Los hermanos de José hablan entre sí, ignorantes de que José les entiende. Esta parte es fundamental en el relato. Los corazones de ellos están siendo transformados por el arrepentimiento y la sensatez. No sólo necesitan trigo; necesitan ser nuevas y mejores personas, y el «retraso» de José logra las dos cosas: alimentar sus cuerpos y cambiar sus almas. #FrayNelson

12 julio 2023. Textos bíblicos y mensaje del miércoles de la XIV semana.

En adelante ya no te llamarás Jacob sino Israel

Dios, nuestro Dios, nos hace fuertes para que le venzamos: esta es la gran paradoja. Le gusta ser vencido por lo que, si él no nos lo diera, no tendría poder alguno sobre él. Y esto que nos da es la oración que brota de la fe, y la compasión que brota de sabernos amados sin condición ni medida.

Tales son, pues, nuestras «armas» para ganarle a Dios: orar, creer, compadecer. No podemos tener misericordia sin asemejarnos al Rey compasivo. Y no podemos ser semejantes a él sin tener una participación en su poder. De este modo la paradoja no contradice el ser divino pero sí lo revela en una dimensión que nuestras razones nunca hubieran podido imaginar.

11 julio 2023. Textos bíblicos y mensaje del martes de la XIV semana del tiempo ordinario.

Yo estoy contigo, te cuidaré por dondequiera que vayas

Cuando Jacob descubre que Dios estaba, que siempre estuvo, se llenó de sorpresa. bendita sorpresa, la que nos lleva a comprender que no lo comprendemos todo. Algo así parece necesitar nuestro mundo cuando quiere ufanarse demasiado de sus razones y su ciencia.

Parte de lo que descubrió Jacob es que el cielo no estaba tan lejos. También esto es útil a nosotros. La eternidad está cerca; lo decisivo, lo definitivo, lo último no es sólo «último» sino que está ahí, en el talante de las decisiones que tomamos.

Vivir es como hacer una escultura; cada martillazo importa; cada día importa, y todos dejan su huella. El cielo no está lejos, porque la versión definitiva de lo que seremos la hacemos con lo que vamos siendo.

10 junio 2023 Textos bíblicos y mensaje del lunes de la XIV semana del tiempo ordinario,

Que Dios te conceda la lluvia del cielo y la fertilidad de la tierra

No parece muy alto el estándar moral de algunos textos del Antiguo Testamento, y un ejemplo clásico es la primera lectura de hoy, en la que un astuto y tramposo Jacob logra lo que quiere a costa de engañar al propio papá y al hermano.

Lo primero que podemos aprender de este caso bochornoso es que la Biblia no es una colección de vidas ejemplares. La Biblia no nos presenta la vida de unos pocos seres excepcionales sino lo excepcional que puede ser la vida cuando Dios la toma y la transforma. No nos presenta solamente productos terminados y perfectos, que de poco servirían.

Al contrario, cuando uno ve que hasta un tramposo empedernido como Jacob entra en la providencia de Dios, y que Dios se vale de él para llevar adelante sus planes, aunque sin dejar de darle sus lecciones al mismo Jacob, entonces uno tiene que decir: «ni siquiera mis pecados son una disculpa para decir que no quepo en los designios maravillosos de Dios.»

08 julio 2023. Textos bíblicos y mensaje de la XIII semana del tiempo ordinario.

Abraham era ya muy anciano y el Señor lo había bendecido en todo

Si bien la relación de Dios con Abraham es intensamente personal y única, no se agota en él sino que queda abierta a la descendencia que le fue prometida. Y esa descendencia en un primer momento es Isaac.

La petición de Abraham a su mayordomo es extraña y pretende responder al hecho de que viven en tierra extranjera. Debe conseguir una esposa para Isaac evitando dos cosas, que la esposa sea de la tierra donde se encuentran y que el esposo vuelva a la tierra de donde salieron. Estos requerimientos pueden parecer ridículos en nuestro tiempo pues para nosotros la felicidad o estabilidad de las parejas no depende tanto de cosas como el lugar de origen de la esposa o el lugar de residencia del esposo.

En aquellos tiempos, en cambio, estos asuntos tenían relevancia porque la creencia religiosa estaba ligada estrechísimamente a la tribu o clan, y este estaba ligado a la tierra o tierras donde vivía. Un matrimonio con una cananea implicaba que Isaac entraba a formar parte de una familia pagana; irse a vivir de nuevo a Caldea, de donde Abraham había salido, implicaba también pertenecer a un ancestro politeísta. Lo que Abraham quiere es una esposa para su hijo, pero una esposa que pueda ser desligada de la tierra y de la parentela, de modo que no sea un estorbo para la realidad nueva y la alianza nueva que Dios ha sellado con Abraham y que debe seguir su camino. Las complicadas diligencias nupciales tuvieron buen resultado y así Rebeca llegó a ser esposa del heredero de la promesa.

07 julio 2023. Textos bíblicos y mensaje del viernes de a XIII semana del tiempo ordinario.