Lo llamó Moisés, que significa: “De las aguas lo he sacado”.
La primera lectura de hoy nos enseña ante todo que Moisés es un «salvado.» La opresión del faraón le rodea, le acosa, le anega, pero no logra destruirlo. De niño, es salvado de las aguas; de adulto, se salva huyendo al desierto y haciendo vida de pastor.
Lleno de amor y sensibilidad por el destino de su pueblo, Moisés es el hombre que no se deja atrapar tampoco por las delicias o ventajas de la corte egipcia, a la que de algún modo tenía pleno acceso, como hijo adoptivo de la hija del Faraón. Y también esto es ser salvado, en este caso, del egoísmo y de la comodidad.
Así salvado tantas veces, Moisés será luego salvador. Será el testigo creíble de que Dios es capaz de vencer con el poder de su sabiduría y de su amor a todas las artimañas del enemigo. Lleno de amor por el Dios que lo rescató de tantas maneras, Moisés se atreverá un día a anunciar lo impensable: que la palabra y la voluntad del faraón no son soberanas sobre los hijos de Dios.
18 de julio 2023. Textos bíblicos y mensaje del martes de la XV semana del tiempo ordinario.