¿Acaso Dios ha rechazado a su pueblo?
El pecado es lo contrario a la voluntad de Dios, ¿correcto? Pregunta: ¿significa eso que si acontece un pecado las cosas se han salido de las manos de Dios? Esta es quizá la pregunta clave para abordar la primera lectura de hoy.
San Pablo está como haciendo unas reflexiones en voz alta sobre lo que ha sucedido con sus hermanos de raza, es decir, con el pueblo judío. Los datos son sencillos: son el pueblo elegido. Sin embargo, la mayor parte de ellos no acepta a Jesús como el Mesías esperado. Jesús es ante todo el cumplimiento de las promesas de Dios a su pueblo, pero su pueblo lo rechaza. ¿Qué decir? En esto tiene que haber pecado, pero ¿ese pecado detiene el plan de Dios, o lo arruina?
El apóstol sigue meditando sin desprenderse de los datos reales y concretos: la negación de los judíos a creer es en sí misma un hecho lamentable y triste; eso es innegable. Pero esa negación sirvió para que la predicación se abriera a los pueblos no judíos, a los paganos. Y lo mismo que verificamos la triste noticia de la pertinacia de la mayor parte de los judíos también tenemos que verificar que ello fue ocasión de que se manifestara la compasión sobreabundante de Dios para con los pueblos paganos.
Lo que se observa entonces es que de algo malo salió algo bueno. Entonces lo malo no significa que Dios ya no es Dios; no significa que Dios no reine, sino que su modo de reinar se manifestará de otra manera o por otro camino. (fray Nelson)
4 noviembre 2023 Textos bíblicos y mensaje del sábado de la XXX semana del tiempo ordinario.