Evangelio del Día

Dios me concedió la gracia del apostolado

La Carta a los Romanos es, por muchos aspectos, la Carta Magna del cristianismo naciente.
Esta nota introductoria es del P. Pedro Ortiz en la Biblia: «Dios habla hoy».

La Carta a los Romanos, la más extensa de todas las del NT, es también la exposición más amplia del mensaje cristiano que tenemos en los escritos del apóstol Pablo.

Pablo, que había recorrido buena parte de las provincias orientales del Imperio Romano predicando el evangelio, tenía intenciones de llegar también hasta las regiones occidentales del mismo (cf. Rom 15,22-24.28). Este proyectado viaje incluía su paso por Roma, la capital del Imperio, para continuar después a España.

En la perspectiva de este viaje y para presentarse a una comunidad que él no había fundado, les escribe una carta, en la que expone algunos de los temas centrales de la fe y la vida cristiana.

A diferencia de otras cartas, como las enviadas a los cristianos de Corinto, esta carta no trata tanto de los problemas que más preocupaban a la comunidad, cuanto de los temas que más interesaban al mismo apóstol.

Habiendo sido enviado a predicar el evangelio a los no judíos (cf. Gal 1,16), Pablo sentía que su responsabilidad se extendía también a la comunidad de Roma, compuesta en su mayoría por cristianos procedentes del paganismo (cf. Rom 15,15-16).

Hoy leemos la primera parte de la Introducción (1,1-15) que incluye un saludo inicial, ampliado con elementos teológicos (1,1-7). Pablo se autopresenta como siervo, con la misión de comunicar el evangelio.

16 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del lunes de la XXVIII semana del tiempo ordinario.

El Señor protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel

La primera lectura de hoy nos presenta una especie de «primera imagen» de cómo veían los israelitas la justicia de Dios en acción. Lo llamamos una «primera» versión porque en los textos mismos de los profetas encontramos otras versiones, no tanto en lo que atañe a los detalles exteriores, como en el modo mismo de justicia que se espera. Y esta evolución es ciertamente interesante.

Por ejemplo, notemos que Joel presenta a Dios juzgando a las naciones y salvando a Israel. Los castigos van para los de fuera, por su crueldad contra el pueblo de Dios, que queda declarado en inocencia. Es un tipo de justicia con estilo de revancha, de venganza incluso: «vengaré sus sangre, no quedarán impunes los que la derramaron…», dice al final del texto de hoy.

Alguiense preguntará el por qué está un modelo tan precario de justicia en la Biblia, si ella es Palabra de Dios. La respuesta no es corta, pero lo esencial es esto: la Palabra de Dios no ha llegado «ya hecha» a la historia humana. De alguna manera, ha recorrido un camino, se ha hecho camino que esclarece nuestra propia andadura.

Dicho de otro modo: la revelación ha sido un proceso, y ese mismo hecho nos enseña cómo se «revela» Dios en cada una de nuestras vidas. Por eso, aunque no podemos despreciar la luz que nos trae cada texto de la Escritura, conviene siempre situar los textos dentro del marco general de una revelación que empieza ya en los patriarcas pero que sólo tiene su culminación en Jesucristo.

14 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del sábado de la XXVII semana del tiempo ordinario

Ya está cerca el día del Señor

El oráculo de Joel es fuerte: un grito de dolor y de denuncia; también un llamado a emprender el camino de la penitencia y del temor del Señor. ¿Qué destacar en esta palabra vigorosa que nos ofrece la liturgia de hoy en la primera lectura? Subrayemos simplemente algunos elementos.

Estamos ante un llamado esencialmente comunitario. Lo personal, lo genuinamente personal, como es la conversión, no riñe con lo genuinamente comunitario, cual es el caso en las obras de penitencia que nos describe el profeta, donde todo va en plural: «Hagan penitencia y lloren…; giman, ministros del altar; vengan, acuéstense en el suelo… Promulguen un ayuno…». Nuestro tiempo, marcado por el individualismo también a la hora de las conversiones, mira a veces el encuentro con Dios como un hecho aislado y casi aislante. El resultado es que muchas veces esa conversión en soledad nunca llega. Ahí está Joel para indicarnos un camino.

Es un llamado al dolor, pero también a la reflexión. No hay penitencia sin dolor del alma por haber ofendido a Dios, eso está claro, pero el dolor de que aquí se trata no enceguece, no obnubila, no cierra sino que abre. Es el sentido de aquel clamor: «reúnan a los ancianos». En ellos se espera la sabiduría, como expresa Is 9,15: » El anciano y venerable es la cabeza, y el profeta que enseña la mentira, es la cola» (cf. Sal 119,100). En medio de la perplejidad, una reunión de ancianos: signo de una deliberación, de un buscar y preguntar: «¿qué nos quiere decir Dios con este dolor?».

13 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del viernes de la XXVII semana del tiempo ordinario.

Los soberbios y malvados serán como la paja

El lenguaje de la primera lectura de hoy en una primera impresión resulta lejano para nuestro tiempo. Lejano e incómodo. Muchos de nosotros hemos aprendido tanto del amor de Dios y se nos ha enseñado tanto a rechazar como «falso rostro» al Dios castigador, que nos rebelamos espontáneamente frente a ese lenguaje de un día terrible de juicio que está por venir sobre el mundo.

Así como para algunas personas es difícil aceptar la ternura de Dios, es posible que nosotros nos estemos volviendo miopes o ciegos a ciertos aspectos de la revelación bíblica que no niegan esa ternura pero que sí nos recuerdan con cuánta intensidad ama Dios la justicia.

Si miramos la altaneria, el cinismo, la crueldad, con que los malvados destruyen la vida de las personas preguntémonos si la sola ternura tiene una palabra eficaz qué decir en todos esos casos.

Seamos sinceros y dejemos que hable el corazón y todos esperaríamos que al final hubiera justicia, y le daríamos la razón a Malaquías cuando nos invita a esperar que llegue ese momento en que el Señor diga: «Entonces verán la diferencia entre los buenos y los malos, entre los que obedecen a Dios y los que no lo obedecen…».

12 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del jueves de la XXVII semana del tiempo ordinario

Tú estás triste por una hiedra que no cultivaste ¿no voy a tener compasión de Nínive?

La misericordia debería ser siempre una buena noticia, pero hay ocasiones en que tanto nos alegra que Dios se compadezca de nosotros como nos disgusta que se compadezca de los otros. Y esto es lo que refleja con una pizca de humor la primera lectura de hoy: Jonás considera que en esta ocasión Dios «se pasó de bueno».

Jonás juzga a Dios. lo que sucede cada vez que tratamos de convencer a Dios de que haga justicia a nuestra manera, o en el tiempo y modo que estimamos mejor. El texto deja ver cómo juzga Dios a quien lo juzga.

Dios pone a Jonás a sentir algo de lo que él siente. Jonás, puesto en el lugar de Dios, descubre que hasta un árbol que se marchita tiene su valor, y así aprende algo de cómo nos ama Dios y cuánto le «duele» que nos perdamos.

11 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del miércoles de la XXVII semana del tiempo ordinario.

Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal

Son tantos los ejemplos de dureza del corazón humano ante el llamado de Dios, son tantas las oportunidades en que los profetas parece que predicaron en el vacío, son tantas, en fin, las ocasiones en que la rebeldía se impone sobre la sensatez, que hoy no podemos sino alegrarnos de que los ninivitas hayan aceptado la palabra de Jonás.

Jonás nos enseña mucho sobre la voluntad y el amor de Dios; en él Dios nos da una señal: podemos ser fecundos en Dios aunque nos hayamos resbalado y caído.

De la enseñanza de Jonás aprendemos: 1. Que nuestras acciones tienen consecuencias. 2. Las consecuencias de los pecados de cada uno se suman y multiplican, y crean situaciones que nos afectan a todos. 3. El cúmulo de las consecuencias negativas lleva a momentos de desastre o colapso.

Por lo que ve a la virtud de la penitencia: 1. Esta parte del amor de Dios, que sólo por amor nos llama a evitar el desastre a que nos conducen nuestros pecados.2. Es entonces un acto de amor que quiere restituir la gloria a Dios y cuidar el bien del prójimo.

Los pasos para una conversión seria y real son: escuchar la Palabra de Dios, atender y creer, arrepentirnos del pecado y reparar haciendo oración y penitencia.

10 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del martes de la XXVII semana del tiempo ordinario.

La ciudad donde se hallan enterrados mis padres está en ruinas

El sencillo relato de la primera lectura de hoy nos permite asomarnos al alma generosa y noble de un hombre que, desde su condición laical, tuvo un papel no pequeño en las iniciativas de reconstrucción de Jerusalén después del destierro a Babilonia. Se llama Nehemías, y da nombre a uno de los libros de la Sagrada Escritura.

Para apreciar qué riesgos y qué desprendimientos hubo de asumir el corazón de Nehemías, conviene recordar que la situación de los desterrados, si bien triste desde el punto de vista de la fe, no era ya desesperada en otros aspectos. Es proverbial hablar de lo ingeniosos que son los judíos y de su habilidad para establecerse y prosperar; ciertamente eso no les viene de ayer.

Muchos desterrados del tiempo de Nehemías habían establecido comunidades de mutua ayuda y pequeñas empresas de familia, y empezaban a prosperar, también económicamente, en los mercados más abiertos y nutridos del reino persa donde ahora se encontraban. Nehemías tenía muchas razones para quedarse tranquilo, máxime si pensamos que tenía un puesto sobresaliente en la corte del rey: era el «copero mayor», cargo que indica una extraordinaria confianza.

Nehemías, pues, pone por encima su amor a Jerusalén que estaba en ruinas; puso a Jerusalén por encima de su propia alegría. Estaba triste, teniendo aparentemente todas las razones para sentirse feliz; estaba desolado… porque Jerusalén estaba asolada. Este género de amor, que llega hasta el dolor por el amado, tiene mucho que enseñarnos.

Como dice San Pablo, para los cristianos, nuestra Jerusalén es el cielo. Corremos el riesgo que el bienestar o prosperidad, nos ha sentir que no nos hace falta el cielo y que concentremos en la tierra la búsqueda de nuestra felicidad. Cuando esto sucede nos regodeamos en los placeres y éxitos que vamos logrando, y simplemente se nos olvida a qué cielo pertenecemos.

Jerusalén es también para nosotros el pueblo de Dios, la Iglesia. Y podemos como los contemporáneos de Nehemías olvidarnos de Jerusalén, es decir, dar la espalda a la Iglesia cuando aparecen sus llagas o cuando se muestran sus vergüenzas.

Pidamos, pues, al Señor que nos regale la fidelidad y la audacia de Nehemías, para permanecer en el camino, para que los bienes de este mundo, sean comodidades o conocimientos, no apaguen en nostros el anhelo del cielo y para que en el momento de la crisis para no demos la espalda a nuestra Iglesia, sino que nos dispongamos a reconstruirla y a curar sus llagas.

4 octubre 2023. Textso bíblicos y mensaje del miércoles de la XXVI semana del tiempo ordinario.

Queremos ir contigo, pues hemos oído decir que Dios está con ustedes

Con el paso del tiempo de las doce tribuos de Israel fue la tribu de Judá la que permaneció como testigo de la alianza sinaítica, por ello al pueblo elegido se le designó como “judíos”.
Los judíos tuvieron que sufrir destierro en el 587 a.C. Fueron llevados cautivos a Babilonia, por Nabucodonosor, que se sació humillando a Jerusalén y devastando el templo. Como sabemos, fue el acontecimiento más espantoso que pudiera imaginarse en el contexto de la solemne alianza que Dios había sellado con su pueblo. Aparentemente esto marcaba el final de todo.
Sin embargo, quedó un «pequeño resto», que regresó a Palestina. Sin demasiado entusiasmo, es honesto decirlo, porque la Biblia misma nos ha mostrado en los pasajes que hemos escuchado estos días, de los libros de Esdras, Ageo y Zacarías, que después de la pavorosa humillación de Babilonia, los judíos, que ya eran el único remanente, no estaban demasiado entusiasmados con la idea de levantar ruinas.
El regreso a Palestina fue difícil y paulatino. Muchos judíos prefirieron quedarse en la diáspora, particularmente en Persia, donde prosperaron económicamente y, con el tiempo, desempeñaron funciones de importancia en el imperio. El primer grupo de repatriados llegó a Judá, dirigido por Sesbasar (Esd 1,5-11), quien era funcionario de las autoridades persas. Posteriormente se reedificó el templo (520-515 a.C.) bajo el liderazgo de Zorobabel y el sumo sacerdote Josué (Esd 3-6), con la ayuda de los profetas Ageo y Zacarías.
Con el paso del tiempo se deterioró la situación política, social y religiosa de Judá. Algunos factores que contribuyeron en el proceso fueron los siguientes: dificultades económicas en la región; divisiones en la comunidad; y, particularmente, la hostilidad de los samaritanos»
A la vista de esta historia, que hemos comprimido a grandes trechos, uno siente que detrás de estos azares debe haber algo profundo. ¿Para qué hizo Dios esta obra única, rescatando y a la vez educando, protegiendo y a la vez reprendiendo a los judíos? El profeta Zacarías nos ofrece pistas en el texto que leemos hoy.
El judío, a pesar de su pobreza, lleva una riqueza inmensa al mundo; a pesar de su humillación, dignifica; a pesar de se rudeza, enseña; a pesar de su impotencia, es una señal del señorío intransferible del Dios de cielos y tierra.
Pero no es su riqueza, ni su ciencia, ni es su poder ni su autoconcepto lo que será bendición para el mundo. Es el judío en cuanto se ha convertido en un embajador de la humanidad que sufre destierro, hambre, humillación y desprecio. La vocación propia del judaísmo es la de revelar la verdad del hombre por la obra triste del pecado, y a la vez, la verdad de Dios, por la obra gozosa y gratuita de su amor siempre fiel.

¿Y en dónde vemos esa vocación realizada? En un judío, el más representativo de su raza, el más bello de los hombres, en cuyos labios se derrama la gracia: Jesucristo.

3 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del martes de la XXVI semana del tiempo ordinario.

 Sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre

En la Biblia la palabra Ángel significa «Mensajero», un espíritu purísimo que está cerca de Dios para adorarlo, y cumplir sus órdenes y llevar sus mensajes a los seres humanos.

En el Nuevo Testamento es tan viva la creencia de que cada uno tiene un ángel custodio, que cuando San Pedro al ser sacado de la cárcel llega a llamar a la puerta de la casa donde están reunidos los discípulos de Jesús, ellos creen al principio, que no es Pedro en persona y exclaman: «Será su ángel» (Hch 12, 15).

En el siglo II el gran sabio Orígenes señalaba que: «los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para que nos guíe y proteja».

En el año 800 se celebraba en Inglaterra una fiesta a los Ángeles de la Guarda y desde el año 1111 existe una oración muy famosa al Ángel de la Guarda. Dice así:

Ángel del Señor,
que por orden de su piadosa providencia eres mi guardián, c
ustodiame en este día (o en esta noche)
ilumina mi entendimiento,
dirige mis afectos,
gobierna mis sentimientos,
para que jamás ofenda a Dios Señor. Amen.

Y en el año 1608 el Sumo Pontífice extendió a toda la Iglesia universal la fiesta de los Ángeles Custodios y la colocó el día 2 de octubre.

2 octubre 2923. Textos bíblicos y mensaje en la memoria De los Santos Ángeles Custodios.

Regocíjate, Jerusalén, pues vengo a vivir en medio de ti, dice el Señor

El profeta Zacarías dedica en su libro especial atención a la reconstrucción del templo y describe con entusiasmo el futuro esplendor de la ciudad santa: Jerusalén será una ciudad abierta, que no necesitará la protección de una muralla, porque la gloria del Señor habitará en medio de ella.

En el texto que leemos hoy, el gran paso hacia adelante que da Zacarías es que la alegría de la reconstrucción de Jerusalén, ciertamente propia de todos los libros que se sitúan en el tiempo posterior al destierro, aparece unida al gozo de ver cómo el pueblo de Dios se extiende más allá de la raza, es decir, de la descendencia según la carne y la sangre.

Leemos, en efecto: «Muchas naciones se unirán al Señor en aquel día; ellas también serán mi pueblo». Y conmueve pensar que entre esas «muchas naciones» estamos también nosotros. Nuestra presencia en la casa de Dios y en alianza con Dios no es un accidente: es el fruto de la voluntad benévola y piadosa de Dios, que lo anunció por boca de sus santos profetas.

30 septembre 2023. Textos bíblicos y mensaje del sábado de la XXV semana del tiempo ordinario.