¿Dónde vives, Rabí?
La pregunta que domina el texto evangélico de hoy es la que hace Jesús: «¿qué buscan?». Una pregunta que ahora se dirige a nosotros. No es posible, en efecto, entrar en el misterio de Jesús sin entrar en el misterio de nuestras necesidades, condensadas en ese hecho: buscamos algo, buscamos a alguien. Saber qué buscamos es conocer qué necesitamos, y reconocer nuestras necesidades es el modo propio de encontrar a quien puede aliviarlas y responderlas.
Los discípulos respondieron con una pregunta. La verdad no tenían que responder, porque no se conocían a sí mismos. Dijeron, pues: «¿dónde vives Maestro?». Buscaban la casa de Jesús. Lo único que sabían de él es que era el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Y eso bastó para que desearan conocer la casa de Jesús, el lugar libre de tinieblas, el espacio sin pecado. Si lo pensamos bien, la respuesta de ellos, aun en su indefinición, es más profunda que muchas otras respuestas. No pidieron salud, ni liberación de un demonio, ni muchos conocimientos, ni largos años. En el fondo pidieron quedarse con él, estar con él, vivir con él.
4 enero 2024. Textos bíblicos y mensaje en el miércoles, feria del tiempo de Navidad.