El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él.

La página del evangelio que leemos hoy nos hace entrar en la segunda parte de la predicación de Jesús en la sinagoga de Cafarnaum sobre el pan de la vida.

Los que le escuchaban, cuando el tema comenzaba a aclararse y a pedir su implicación en el misterio mismo de Jesús, le interrumpen y se ponen a murmurar contra él: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». 

Se sienten saciados de la vida que llevan. Aunque no sea verdadera. Sin embargo, prefieren permanecer en la lo cotidiano y rutinario que involucrarse en un diseño más amplio que requiere abandonar su tranquilidad egoísta.

19 abril 2024. Textos bíblicos y mensaje del viernes de la III semana de pascua.