Entendieron que les hablaba de Juan el Bautista

La Biblia asocia más de una vez a Elías con el fuego. Su palabra purifica, trae ardor de fe y provoca incendios que propagan el celo por la causa de Dios. Quizá tal es la esencia de este profeta: el celo, es decir, el amor que reclama sus derechos.

Este mismo ardor brilla en Juan Bautista. Como Elías, también Juan fue perseguido por quienes tenían el poder. Su palabra no pudo ser detenida por amenazas, y aun muerto es elocuente en su coherencia, su vigor, su amor inquebrantable.

Es posible que a nosotros un amor así nos parezca exagerado. Preferimos tal vez una fe sin fanatismos, sin excesos, sin mucho compromiso. El problema de una religión así es que fácilmente se vuelve cómplice de los intereses de los poderosos de este mundo. Una fe acostumbrada a no sufrir es una fe acostumbrada a negociar, a evitarse problemas, a venderse por el precio de una aparente calma. Por eso, de tanto en tanto necesitamos profetas de fuego.

16 diciembre 2023. Textos bíblicos y mensaje del sábado de la II semana de adviento.