Mi actividad sacerdotal consiste en predicar el Evangelio de Dios
EL texto que leemos en la primer lectura es el único lugar donde Pablo habla de sí mismo como «sacerdote». Ello merece un comentario.
Los primeros cristianos no usaron mucho la palabra «sacerdote» para referirse a aquellos que presidían sus comunidades y también sus celebraciones litúrgicas. Es natural que haya sido así, porque los primero cristianos procedían de distintos contextos culturales y la terminología propia del sacerdocio resultaba equívoca: en el caso del judaísmo, sacerdotes sólo eran algunos de la tribu de Leví, de modo que llamarse sacerdote era devolverse al esquema de la Ley de Moisés o causar confusión en los oyentes. Y en cuanto al mundo pagano, ¿quiénes eran los sacerdotes de aquellos cultos idolátricos y qué hacían? Eran funcionarios del estado, más que otra cosa, y sus oficios se limitaban a la repetición de algunos ritos completamente extraños a las necesidades próximas de los demás ciudadanos. Nada de eso podía tener sentido en el contexto cristiano.
Por eso, en el Nuevo Testamento, sólo encontraremos que se desarrolla el pensamiento de Cristo como Sacerdote en la Carta a los Hebreos, y ello por una razón muy específica: para ayudar a algunos que habían sido sacerdotes de la ley mosaica ha asumir con entereza su nueva realidad de cristianos.
Según esto, hemos de decir que Pablo está aquí obrando con cierta «audacia», pues ciertamente él no ignoraba en qué atmósfera iban a ser recibidas sus palabras, cuando se refería a su «sacerdocio». Sin embargo, no se privó de hacerlo, y así nos dejó un testimonio precioso tanto del talante de sus propias intenciones y afectos, como de la esencia del ministerio del evangelizador.
La evangelización es sacerdotal, porque tiene una ofrenda, que son los corazones convertidos; y tiene quién reciba esa ofrenda, que desde luego es Dios mismo, de quien viene toda dádiva, y sobre todo este don excelso de la conversión. No puede faltar entonces quien presente esa ofrenda, no para gloria suya sino para honra de quien la merece, Dios. Y ese es el papel del verdadero evangelizador.
10 noviembre 2023. Textos bíblicos y mensaje del viernes de la XXXI semana del tiempo ordinario.