Evangelio Dominical

Cuando venga el Hijo del hombre, se sentará en su trono de gloria

La historia humana, llegada a su consumación, tendrá que comparecer ante Cristo. La palabra del Señor decreta el destino eterno, pero no lo crea. El juicio sucede en la historia, aunque se decreta sólo a su término. Sucede en la historia porque ya sabemos de qué y por qué somos juzgados. El bien negado es un mal futuro. Todos los bienes que negamos son los males que nos acusan.

Las palabras de Cristo en ese día serán: «¡Vengan!» ó «¡Apártense!». Mas, si lo pensamos bien, esas palabras no son otra cosa que un espejo de las obras de unos y otros. Los que se acercaron a Cristo escucharán que Cristo les dice que se acerquen; los que se apartaron de Cristo escucharán que Crsto les dice que se aparten. El gran juicio es sólo un espejo ampliado de la vida que llevamos.

Cristo está oculto en los pobres. O dicho de otro modo: la pobreza es el ámbito en que Cristo se revela. No es nuevo esto para quien haya leído el Evangelio. En la pobreza se revela la gracia porque pobreza significa: límite de nuestras fuerzas y, por tanto, límite de nuestras pretensiones. La pobreza no es una decoración o un capricho de Cristo; es la condición única en que podemos descubrir un amor que existe donde nosotros no podemos dominarlo. (#fraynelson)

26 noviembre 2023. Textos bíblicos y mensaje en la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.

Porque has sido fiel en cosas de poco valor te confiaré cosas de mucho valor

Hoy leemos la parábola de los talentos. La diferencia entre los tres hombres de la parábola no está tanto en lo que recibieron sino en los ojos con que acogieron lo recibido.

Tanto el que recibió cinco como el que recibió dos talentos miraron lo que habían recibido; el que recibió un talento miró no lo que tenía sino lo que no tenía. Además no miró a lo que él podía hacer sino a lo que le podían hacer. Su problema no era la cantidad, sino la calidad, y no en la calidad de lo que recibe sino en la calidad del corazón y los ojos que reciben.

Es interesante la observación sobre los intereses. Ya en tiempos de Jesús existía la práctica de prestar dinero reclamando un «tókos», un interés que podía llegar a ser usurero. Este siervo hizo completamente improductivo el dinero. Dejar el dinero «en el banco», literalmente: «a los prestamistas», es entregar el propio talento a otros para que ellos, los prestamistas, hagan lo que uno no puede hacer.

El mensaje sería: «lo mínimo que puedes hacer con tu talento es ofrecerlo a otros para que no quede infecundo; si no puedes ser administrador de lo tuyo, por lo menos encuentra quién lo administre para que no se pierda».

19 noviembre 2023. Textos bíblicos y mensaje del domingo de la XXXIII semana del tiempo ordinario.

Estén preparados, porque no saben ni el día ni la hora

La invitación de Jesús es clara: «Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora». En esta parábola en particular Cristo admite que hay una especie de sueño que nos envuelve a todos, porque la diferencia entre unas y otras doncellas no está en que unas durmieron y otras no. Lo que las diferencia no es en este caso el sueño sino cómo se dispusieron para la hora del banquete, es decir: cómo prepararon su despertar.

Algunas simplemente no prepararon su despertar. El cansancio, el hastío o la oscuridad de la noche les ganaron y ellas pasivamente entregaron al sueño sin pensar qué podría suceder después. Otras en cambio, aunque sintieran que la noche les podía vencer, hicieron acopio de aceite, de modo que al despertar pudieran contar con algo para vencer a la noche. Es un asunto de conciencia: unas fueron conscientes de que podían dormirse, y tomaron medidas al respecto; otras sencillamente se dejaron ganar del sueño.

Para nosotros, ¿qué es preparar el despertar? Depende de qué sueño estemos hablando. Uno puede pensar en el sueño de la muerte, otro puede ser el de una larga espera, o el de un cambio de época, o una nueva etapa de la vida; en todos estos lcasos se vive la cadencia de cerrar y abrir ciclos, nuevas etapas, al ritmo y con la fuerza de la esperanza.

12 novembre 2023. Textos bíblicos y mensaje del domingo de la XXXII semana del tiempo ordinario.

Los fariseos dicen una cosa y hacen otra

La primera lectura y el Evangelio de hoy nos presentan un hecho triste pero real: sucede a veces que nuestros guías pierden el camino. Los que debían acercarnos hacia Dios llevan una vida lejos de Dios. ¿Cómo afrontar esta situación?

Observemos que en estos textos particulares que estamos comentando, Dios, más que encarar a sus pastores, en esta ocasión quiere que nosotros como pueblo suyo sepamos qué debemos hacer cuando los pastores no parecen representar de ningún modo al Dios vivo y santo en quien creemos. Hay otros textos dirigidos a los pastores, pero eso no quita que nosotros como ovejas del rebaño del Señor, debemos saber qué hacer, sin limitarnos a denigrar de quienes nos dirigen, y sin pretender disculpar nuestras faltas en las faltas de los que están delante de nosotros.

El punto central es ese: el pecado de tu pastor no disculpa tu pecado; aun si tu pastor es indigno del Dios a quien dice servir, ello no te exime de ser digno de Dios a quien dices pertenecer.

5 noviembre 2023. Textos bíblicos y mensaje del Domingo XXXI del tiempo ordinario. Ciclo A.

¿Cuál es el mandamiento más grande?

Dios nos ama y nos pide amarlo a Él, y amar a los demás como a nosotros mismos. La relación entre el amor a Dios y al prójimo consiste en que a Dios lo amamos porque Él nos amó primero, y ese exceso de amor recibido hace posible que amemos al prójimo.

No reduzcamos el amor a sentir bonito; el amor incluye el vigor de una resolución, la fortaleza para cambiar la situación de aquel que está sufriendo y supone una diferencia en aquel que es vulnerable y que no tiene ayuda.

No permitamos que la palabra amor continúe secuestrada por la sensualidad, limitada a la pareja y a momentos felices. Cristo en la cruz nos dice lo que significa realmente el amor: servicio, sacrificio, entrega.

29 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del Domingo de la XXX semana del tiempo ordinario. Ciclo A.

Ante la firme promesa de Dios no dudó ni tuvo desconfianza

Si estudiamos en San Pablo cuál es la grandeza de la fe y cuáles son sus principales cualidades, descubrimos que hay algo básico, y es la resolución de no apoyarse uno en sí mismo sino en Aquel en quien de veras cree.

El ejemplo de Abrahán es elocuente. Puede decirse que tenía todo en contra: la edad, la falta de vigor, la esterilidad de la esposa. Pero no dudó, no tuvo desconfianza. Aprovechó su misma debilidad para apoyarse por completo en el que no es débil, es decir, en Dios, nuestro Señor.

Ese género de fe produce resultados. El gran resultado para Abrahán fue, en primer lugar el hijo de la promesa, Isaac, peor si lo pensamos mejor, los resultados de la maravillosa fe de Abrahán están todavía produciéndose, porque todos nosotros, los que le llamamos «nuestro padre en la fe», de algún modo hemos nacido y seguimos naciendo de la inmensa fe que Dios le concedió a este hombre.

Necesitamos una fe así, robusta, generosa y volcada hacia Dios, para recibir en plenitud las promesas divinas. Ya en Cristo está todo «dado» pero para que todo sea ahora «recibido» necesitamos ejercer fe, desprendiéndonos de nuestro méritos pasados o pecados pasados y fiándonos por entero del que es bueno, compasivo, sabio y poderoso.

23 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del lunes de la XXIX semana del tiempo ordinario.

Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios

Cristo es confrontado con una pregunta capciosa: ¿hay que pagar impuesto al emperador romano? Estar a favor era aprobar la ocupación extranjera; estar en contra era declararse en rebeldía contra los romanos y poder ser denunciado como amotinador. La respuesta de Jesús fue inesperada para ellos y ha servido de inspiración a muchos. En su brevedad, esta respuesta deja abiertas varias interpretaciones, todas interesantes.

Una, la más inmediata: «Hay cosas que son propias del orden temporal (lo del César) y cosas del orden espiritual (lo de Dios); hay que atender a ambos órdenes.» Esto implica: las responsabilidades civiles no deben suplantar ni impedir, ni pueden ser suplantadas o impedidas por las responsabilidades que conlleva la fe.

Otra, semejante: «no está mal pagar los impuestos a quien tiene la autoridad como gobernante, pero eso no excluye aportar para el templo y el culto.»

Y una última, más sutil: «Devuelvan al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.»
Dar a Dios lo que es de Dios signfiica descubrir la inmensa deuda de gratitud, obediencia y sobre todo AMOR, que tenemos con Él que nos creó a su imagen y semejanza.

22 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del domingo de la XXIX semana del tiempo ordinario.

Conviden al banquete a todos los que encuentren

Dios se revela en su banquete. Es el rey que hemos estado esperando, el que siempre hemos querido contemplar. Verlo a él, saciarnos en su belleza, saber que es verdad todo lo que nos prometió: todo ello es más valioso y delicioso que los mismos alimentos y bebidas. Y sin embargo, el banquete es todo eso a la vez.

En el evangelio los invitados no están interesados en ir a ese banquete, a pesar de que se trata del banquete del rey. ¿Suena absurdo, no? Pero no es menos absurdo que nuestra negativa a acoger el amor de Dios que invita.

Las excusas de los invitados indican que ellos estaban muy satisfechos con lo que tenían, y ese es el problema: la gente satisfecha ya no tiene apetito para comer. La conclusión es que el llamado al Reino, o sea, el llamado al Banquete, requiere que la gente tenga hambre, que sienta necesidad, que esté insatisfecha; en otras palabras, que no sea autosuficiente, que reconozca la necesidad que tiene de Dios y custodie en su corazón el anhelo del cielo.

15 octubre 2023. Textos bíblicos y mensaje del domingo de la XXVIII semana del tiempo ordinario. Ciclo A.

Ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído 

La fe cristiana no es fatalista. Lo discípulos de Jesús no creemos que haya un destino marcado, sino que el futuro es un libro que no está escrito, un libro en el que tenemos el derecho a escribir nuestras propias páginas; incluso cuando hemos errado tenemos el derecho a corregir, a mejorar, a recapacitar. No estamos hechos, nos vamos haciendo poco a poco. Cada decisión que tomamos nos transforma.

La conversión es posible. Si cambia nuestra mente y nuestro corazón, cambia también nuestra vida. No estamos atados a nuestro pasado; ni siquiera las decisiones equivocadas tienen por qué atarnos. El segundo hijo de la parábola que leemos hoy en el evangelio fue uno que había dicho en voz alta: «¡No quiero!» Pero una decisión sabia pudo deshacer lo que dijo una palabra necia. Los grandes pecadores «van delante» de los demás no porque sean pecadores sino porque han acogido de corazón el llamado a la conversión.

Jesús nos pide que pensemos si nuestras palabras y nuestras acciones están alineadas. Es fácil hablar, pronunciar y hacer declaraciones. Es más difícil dedicar tiempo, esfuerzarnos y estar atentos. Preguntémonos si profesamos nuestra fe sólo los domingos con palabras o si también lo hacemos en el tiempo que dedicamos a trabajar por el reino de Dios durante la semana. Jesús valora más los pequeños actos de amor que muchas buenas palabras.

1 octubre 20923. Textos bíblicos y mensaje del Domingo de la semana XXVI del tiempo ordinario.

Los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos.

Parece cosa comprobada que Jesús utilizó algunos de los recursos «pedagógicos» que eran de uso frecuente entre los maestros rabinos. Expresiones como «los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos» tienen una fuerza nemotécnica muy grande. Este modo de hablar hacía que las enseñanzas del Señor quedaran grabadas facilmente en el corazón de sus oyentes, incluso si no podían escuchar completos largos discursos.

El evangelio de hoy pone en escena un pequeño drama que ilustra por qué hay primeros que resultan últimos y últimos que quedan de primeros.

Los «primeros» en este caso son los que fueron contratados en primer lugar; consiguientemente, los «últimos» corresponden a los que llegaron al caer de la tarde. Para todos el poder trabajar fue en sí mismo un regalo, porque todos estaban perdiendo la vida sin dirección ni sentido, pero ese regalo dejó de serlo en la mente de aquellos que lo recibieron primero. Para ellos el regalo se volvió tedio, y la oportunidad, una tarea. Ser los primeros no aumentó en ellos su gratitud sino su capacidad de crítica y de inconformidad. Por eso acabaron de últimos.

A nosotros puede sucedernos lo mismo. En ocasiones sucede que quien ha tenido menos ocasiones de pecar no por ello cuenta en su balance más ocasiones para agradecer. Y pasa también que quien llevó una vida lejana al Señor cuando lo descubre avanza más y mejor por el camino del evangelio que los que siempre estuvieron cercanos a él.

24 septiembre 2023. Textos bíblicos y mensaje del Domingo de la XXV semana del tiempo ordinario.