Esperar y perseverar
El discípulo, como el sembrador, debe lanzar la semilla, con la mirada puesta en las semillas que dan fruto en distintas proporciones, a sabiendas que habrá otras que no encontrarán condiciones propicias y se perderán. El discípulo no puede desistir de anunciar el evangelio porque su ministerio no encuentra eco en algunas personas que lo rechazan. El discípulo misionero debe poner su esperanza en la obra que Dios realiza en quienes acogen su Palabra con sincero corazón.
El discípulo como el sembrador, sabe cuál es su tarea y cuál es la tarea de Dios. El sembrador sabe que a él corresponde cultivar la semilla, pero es la vida contenida en la semilla la que desplegará su potencialidad por ella misma, independientemente de su voluntad. De igual manera quien evangeliza no debe desistir en el anuncio y testimonio del Reino; eso es lo que le corresponde; por su parte, Dios se encarga de lo demás.
16 junio 2024. Textos bíblicos y mensaje del Domingo de la XI semana del tiempo ordinario