La catedral de San Juan de Letrán es la iglesia que sirve de sede al sucesor del apóstol Pedro, es decir, al Papa. Este, pues, es un día para meditar en el misterio y la bendición que significa el templo, y así lo sugieren las lecturas de hoy: el templo renovado de Jerusalén, según la visión de Ezequiel; el templo que forman los creyentes, según la doctrina del apóstol; el templo que es Cristo mismo según nos enseña el Evangelio.
En todas las culturas, los templos son expresión visible de la presencia de la divinidad, y también de la oración o la búsqueda de esa presencia por los hombres. Al templo acudimos con nuestras necesidades, preguntas, dolores, ofrendas o esperanzas, y en él esperamos encontrar luz, guía, consuelo, paz, remedio a nuestras dolencias y respuesta a nuestra indigencia. Ezequiel nos presenta un templo del que brotan la vida y la salvación. Un lugar de gracia. Un manantial de vida que sanea las aguas dañadas y que hace fecundos los árboles, con frutos deliciosos y nutritivos, y con hojas medicinales.
El templo no es una cosa. No tiene valor por sí mismo ni por sus materiales. La actitud de Jesús en el evangelio de hoy sería sacrílega si el templo fuera una cosa. Mas no es así. Su valor le viene no de su hechura sino de su lugar real en la vida de la fe de un pueblo. ndos los árboles, con frutos deliciosos y nutritivos, y con hojas medicinales.
Si el templo no ha de ser reducido a cosa, sí ha de ser, en cambio, lugar de enseñanza, como lo mostró Jesucristo con su mismo ejemplo. Cabe decir que es la palabra la que da su sentido y en cierto modo santifica al templo.
Es el sentido que recoge la práctica católica cuando da el primer lugar en cada iglesia local a la «catedral», es decir, el lugar de la «cátedra», sede propia de la predicación y la enseñanza del obispo. Sin la palabra de los apóstoles y de sus sucesores la catedral sería sólo un edificio bonito, quizá un buen museo.
La palabra no está destinada a los muros o las columnas sino, desde luego, a las personas, es decir, a la comunidad. La palabra de los apóstoles edifica a la comunidad, y es ella, en realidad, el templo que en el que Dios quiere habitar.
Por eso al celebrar hoy al lugar primero de la palabra del primero entre los apóstoles, enviemos desde aquí nuestra oración por el Papa, por su magisterio y su ministerio; y recibimos también aquí la bendición, la plegaria y la palabra que él, como signo de unidad de todos los cristianos, concede a la iglesia universal desde su iglesia particular.
9 noviembre 2023. Textos bíblicos en la fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán.